La unidad que bombea las aguas residuales desde el colector de Ribadelago Nuevo hasta la depuradora fallaba ayer hasta el punto de no llegar a arrancar en toda la mañana. El motor hacía ademán de arrancar, pero solo eso.

El lunes, el servicio de mantenimiento desatascó el pozo registro que enlaza con la unidad de bombeo anulando los últimos vertidos por saturación de la red y la imposibilidad de evacuar todo el agua hasta la depuradora, situada un ciento de metros aguas arriba.

A lo largo del fin de semana las quejas vecinales fueron en aumento porque el colector saturado comenzó a verter aguas fecales al río Tera. Los olores emanados de los fluidos aún no se han evaporado de la ribera, pese a que ahora no hay aguas residuales que manen en superficie.

Los vecinos reclaman una solución definitiva porque este episodio de vertidos es reiterado durante los meses de verano, la afluencia de visitantes y una mayor ocupación de establecimientos y segundas residencias. Los afectados reiteran desde hace dos décadas que el diseño del colector es errático porque en lugar de seguir el curso descendente se diseñó en contra de la propia caída.