El sector juvenil y adolescente de la villa de Fuentesaúco saltó ayer al prado de la Reguera de Fuentesaúco para ejercitarse en la práctica de los tradicionales espantes y adquirir el dominio que le permita en pocos años tomar el testigo y desempeñar con solvencia un espectáculos taurino exigente si se dan todas las condiciones propias del evento.

El Ayuntamiento soltó para la ocasión cuatro vaquillas, que fueron controladas y dirigidas con profesionalidad por los caballistas de la empresa Campo Alcarreño. Los astados mostraron una bravura casi insujetable, que llevó a los animales a moverse por el prado como el viento, favoreciendo con ello las correrías de los aficionados más entrometidos. Fue una enseñanza taurina más que didáctica, que debido a la buena veta de los animales y a la destreza de los caballistas concedió a los futuros espantadores unas experiencias más que válidas. Estas enseñanzas y prácticas fueron seguida con interés y expectación por un importante número de saucanos, que llevaron a sus hijos pequeños a contemplar los acontecimientos para que con sus propios ojos vayan interiorizando una pasión que calará para toda la vida.

El alcalde de Fuentesaúco, Gaspar Corrales, resaltó ayer la importancia de esta jornada, y puso de manifiesto que ha recibido muchas felicitaciones por el buen desarrollo de los espantes del fin de semana. La jornada de ayer siguió su curso con el desarrollo de otros espectáculos, algunos de humor. Los dulzaineros de Fuentesaúco pusieron las notas al baile en el prado.

Por otra parte, el novillero Borja Serrano fue el ganador del Garbanzo de Oro tras su faena en la plaza el pasado domingo.