Un repique de campanas servirá de llamada esta mañana a todos los vecinos de Villanueva de Valrojo, tanto residentes como visitantes procedentes desde los diferentes puntos del país, para asistir a la reapertura de su iglesia, con la presencia del obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez.

Villanueva de Valrojo celebra siempre su fiesta grande del Corpus el primer domingo después de la festividad de San Pedro, es una tradición que se pierde en el recuerdo de sus mayores. Este año el Corpus tiene un significado especial en este pueblo tras casi un año de cierre del templo parroquial por obras. A lo largo de los últimos doce meses se han realizado obras de acondicionamiento en la iglesia, tanto en el exterior como en el interior de la misma. Para el arreglo de la techumbre se ha contado con una subvención de 30.000 euros, 15.000 aportados por la Diputación de Zamora y otros 15.000 por el Obispado de Astorga, y la generosidad de los hijos y descendientes del pueblo ha permitido arreglar las paredes y el piso de madera del interior.

"Qué bonita ha quedado", comentan todos los feligreses al traspasar el umbral de su puerta principal de estilo tardorrománico. Porque, según se presume, la actual iglesia de planta de cruz latina es el resultado de una primera ermita del siglo XII a la que en siglos posteriores se añadieron las partes que conforman el conjunto actual.

Un nuevo repique anunciará el momento en que el obispo de Astorga inicie la procesión por las calles tapizadas con tomillo, romero y pétalos de rosas para dignificar el paso del Santísimo, que recorrerá las calles de Villanueva bajo palio.

Según la tradición de bendecir a los recién nacidos, al final de la procesión el prelado bendecirá a la única niña de este pueblo nacida en el último año y "expuesta" en un altar montado a la sombra del campanario.

El conjunto "Los Tomillicos", con sus gaitas, dulzainas y tamboriles amenizará la fiesta, patrocinada por la Junta Municipal.