F ue Samir de los Caños, lo es y, estoy seguro, siempre lo será, tierra de acogida, pueblo de buenas gentes, trabajadoras y romeras, que trabajo y fiesta nunca estuvieron reñidos, es más, se complementaban y necesitaban para sobrevivir cuando la faena iba de sol a sol e incluso de la anochecida al amanecer, que dormir se dormía, pero en "Los Chiqueros" con las ovejas y en la "La Rozada" para ahorrar tiempos de idea y vuelta ,mejor destinados a segar el trigo y la cebada.
Samir tuvo una gran romería comarcal que quizás haya llegado la hora de recuperar. Estaba dedicada a San Pedro Mártir y se celebraba coincidiendo con el 29 de abril en la ermita situaba en "La Guisada" en la zona conocida como "El Sierro".
Hasta allí acudían en procesión los devotos de seis parroquias y pueblos diferentes: "Santa Marina" de Lober, "San Juan Bautista" de Samir , "San Bartolomé" de Fornillos, "San Justo y Pastor" de Domez, "San Saturnino" de Ceadea y "Santiago Apóstol" de Mellanes. Cada uno de los concejos llevaba la imagen de Nuestra Señora la Virgen María y así lo rubricaba Manuel Cid y Monroy en 1791: "Los párrocos preceptivos van presidiendo revestidos con alba, estola y capa pluvial".
Los manuscritos conservados en el Archivo del Arzobispado de Compostela, a donde pertenecieron las Vicarías de Aliste y Alba, relatan que "En la ermita se colocan todas las imágenes y se canta una misa solemne". A la hora de regresar a sus pueblos había un orden históricamente establecido, haciéndolo primero aquellas que habían de hacer un recorrido más largo. Una de las costumbres era cantar salves a la puerta de la ermita, según la devoción de los fieles.
Antaño había tres parroquias en Aliste que tenían los templos cambiados, iglesia en la campiña y ermita en el pueblo, Samir, Valer y Ceadea. En el caso samireño hace 227 años la ermita urbana estaba dedicada a Nuestra Señora la Virgen de la Ribera y en ella se conservaba la ampolla del alivio de enfermos para socorrerles en época de muchas lluvias y recios vientos al estar la iglesia más lejos.
