El Ayuntamiento de Fuentesaúco se ha propuesto poner orden en el caótico mundo de las bodegas subterráneas que recorren buena parte del subsuelo de la villa. La falta de un registro oficial de propietarios sumado al abandono de muchas de estas construcciones, sin un mantenimiento mínimo y con los titulares en muchos casos alejados del pueblo, está provocando importantes problemas por derrumbes y acumulación de humedades que afectan a los servicios públicos y a los vecinos de las casas colindantes.

La situación ha llegado a tal extremo que el Ayuntamiento ha decidido actuar, empezando por la elaboración de un censo oficial para identificar a los propietarios de las bodegas, conocer el estado de las mismas y realizar "las actuaciones correspondientes en orden a su conservación". Así lo especifica el anuncio lanzado por la Alcaldía, donde se insta a los dueños de las cavas "a pasarse por las oficinas municipales para facilitar los datos identificativos de las bodegas".

El alcalde de Fuentesaúco, Gaspar Corrales, apela a la "responsabilidad" de los propietarios tras constatar el "goteo continuo" de problemas a los que tiene que hacer frente la institución municipal derivados del mal estado de los inmuebles subterráneos. "Si el Ayuntamiento tuviera que intervenir en todas las situaciones y hacer obras de reparación, nos cargaríamos los presupuestos de los próximos 20 años" apunta el regidor. Ocurre que cuando se produce un derrumbe o una inundación "nos encontramos con casos en los que la bodega aparentemente no es de nadie y todos los gastos repercuten en el Ayuntamiento". Curiosamente se dan situaciones en las que los propietarios aparecen "después de arreglar la avería o sellar una construcción que se hunde".

Porque el problema es que algunas calles ceden por el mal estado de estas construcciones subterráneas y el desplome provoca hundimientos o socavones, afectando a las redes de abastecimiento y saneamiento. No hace mucho el derrumbe de una bodega en la calle González Longoria dejó sin agua a una zona del pueblo como consecuencia de la rotura del desagüe. Esta zona, en pleno centro del pueblo, al lado de la plaza de Santa María y la calle Derecha de Salamanca, es uno de los puntos de riesgo debido a la concentración de estructuras subterráneas. Allí se encuentra la famosa bodega del "Infierno", cuyo entramado de galerías se va ramificando en distintas direcciones formando un laberinto que también lo es desde el punto de vista administrativo, pues se desconoce un magnitud.

Los episodios se suceden. En el año 2014 el hundimiento de una bodega en un solar cedido por sus propietarios al Ayuntamiento provocó un espectacular socavón que obligó a cortar la calle y requirió de toneladas de canto y cemento para rellenarlo.

Pero el riesgo es continuo y hay vecinos que viven con el temor permanente de que el subsuelo les de un susto. No hay que pasar por alto que se trata de construcciones que en su mayor parte datan de los siglos XV o XVI, coincidiendo con un periodo de gran esplendor vinícola, tanto en Fuentesaúco como en el resto de la comarca de La Guareña y Toro.

Todo un tesoro subterráneo si se hubiera mantenido una buena conservación. Pero la realidad es otra: un deterioro progresivo, cuando no abandono total, que ha venido de la mano del declive de la actividad vitivinícola. La situación se ha convertido en todo un quebradero de cabeza para vecinos y ayuntamientos.