María Teresa Guerra Pino, escritora de Sogo de Sayago, no contaba con ver editado su tercer libro. Pensaba lanzarlo a través de las redes sociales, la única forma de contar al mundo sus inquietudes, desasosiegos y desahogos sin coste económico. Pero el inesperado gesto de un mecenas anónimo ha posibilitado la edición de "Más allá del físico", el nuevo trabajo de esta sayaguesa afectada desde su nacimiento por una discapacidad física, que no mental, como ella se encarga de precisar de forma casi obsesiva.

"La gente no entiende el mundo de la discapacidad. Para ellos somos "bichos raros", y como tal somos tratados. Sí. Ya se que es por falta de conocimiento, pero agota mentalmente eso de escuchar "pobre niña"" cuenta en el libro. "Más allá del físico" nació del deseo de "expulsar mi rabia por el dañino comportamiento que tuvieron hacia mis padres ciertas personas". Y todo por la "pesadilla real" que vivieron ellos y la propia autora durante el paso por una residencia. Una experiencia marcada por intereses pecuniarios, malos modos y un trato indigno que Teresa Guerra narra con toda la crudeza.

La parálisis cerebral ha convertido el cuerpo de Teresa Guerra en una quimera -"un cuerpo atado, roto, deficiente" describe ella misma-, y ha hecho de su vida una batalla permanente por la dignidad. "Pido ser escuchada". Es uno de los mensajes que lanza en este nuevo libro, sincero y descarnado, donde no duda en apelar al artículo 14 de la Constitución para reivindicar el derecho a la igualdad ante la ley. O a elegir el lugar donde vivir, un piso tutelado para discapacitados físicos y no centros o residencias que no duda en calificar en "lugares de olvido".

"Más allá del físico" ha sido editado por Semuret y fue el propio director de esta editorial zamorana, Luis González, quien comunicó a la autora autodidacta que había una persona dispuesta a sufragar la edición en papel. Ese mecenas anónimo conforma el armazón de solidaridad que ha hecho posible esta nueva obra de Teresa Guerra Pino, la escritora lenta, tan lenta que un párrafo en el ordenador puede llevarle horas. Pero si algo caracteriza a esta joven creadora es la tozudez y el empeño en reivindicarse como persona, esta vez con un alegato en defensa de "mi derecho a decidir". Es la razón de que después de nueve años vuelva a desnudar su alma de la mejor forma que es capaz: escribiendo. Un trabajo lento, al ritmo que le impone un cuerpo incontrolable, vapuleado por los espasmos. "A pesar de mi discapacidad, ante todo me considero una persona libre" proclama en el tercer trabajo de su trayectoria creadora.

El libro se presenta mañana en Bermillo de Sayago, a las 20.15 en el Ayuntamiento, en un acto presentado por Ramón M. Carnero, escritor de Pereruela de Sayago que ha corregido los textos del libro y ha sido una mano derecha para la autora. A él le dedica el libro Teresa Guerra. "A Ramón, por saber escuchar". En el acto intervendrán la propia escritora y el periodista Javier Pérez Andrés, que tuvo la oportunidad de conocer a la autora durante una entrevista para su programa "El Arcón". La portada del libro responde a otro gesto desinteresado del pintor zamorano Carlos San Gregorio.