El entorno del embalse de Almendra, en Cibanal de Sayago, se presenta como uno de los parajes más atractivos de la zona para domingueros, bañistas y amantes de la naturaleza, además de un escenario fundamental para los pescadores que eligen este escenario de lanzar la caña a las aguas del Tormes en busca de arpas y otras especies.

Por incomprensible que parezca, es frecuente encontrarse en este espacio restos de basura e improvisados vertederos que rompen la armonía de este bello entorno como consecuencia de la acción de irresponsables que atentan contra el medio ambiente y dicen muy poco de quien se supone que va a disfrutar de un día de campo y deposita las basuras en cualquier sitio.

Vecinos de Cibanal y otros pueblos cercanos no ocultan su malestar por los gestos de los desaprensivos que abandonan las bolsas de basura, desperdicios de comida y bebida, cuando no artículos de desecho en las inmediaciones del embalse. "Los trastos que molestan en sus casas los arrojan a cualquier rincón de arbustos y las oquedades del terreno hacen de cubo de basura" comenta un vecino que frecuenta la zona. A los restos de comida y latas se suman otros materiales como pañales de bebé desperdigados, botellas o juguetes rotos. "En la zona del puente de Pelazas se han visto cocinas, congeladores, lavadoras, es que no es ni medio normal".

Vertidos que no han pasado desapercibidos para los agentes del Seprona de la Guardia Civil, y el Ayuntamiento de Villar del Buey -al que pertenece el pueblo de Cibanal- ha tenido que hacer frente a más de una sanción.

"Hay quien recoge los desperdicios en una bolsa y después la dejan colgada de un árbol, se creen que así lo arreglan. ¿Cuesta tanto trabajo llevarse la bolsa y depositarla en un contenedor?" se pregunta un vecino.

El mal gusto llega a convertir en un cubo de basura las antiguas casetas de pastores, que emergen cuando baja el nivel del embalse. "Es una pena que estas obras de ingeniería sayaguesa sean maltratadas de esta manera" lamenta otra persona que frecuenta la zona. "Todos hemos visto las orillas del embalse convertidas en un vertedero de latas de conserva, botellas de vino y cerveza" expresa un vecino, apuntando a algunos pescadores. "Desde luego que no se puede generalizar, hay gente que actúa bien y lo deja todo recogido, pero otros no. Por una oveja negra no se puede culpar a todos". Son de reseñar gestos como los de integrantes del Club de Pesca Peñones del Duero que en más de una ocasión han realizado operaciones de limpieza para retirar la abundancia de desperdicios que se concentraba a la vera del embalse.

Los vecinos apelan a la "concienciación" de las personas que acuden a disfrutar de la naturaleza. "No cuesta nada recoger los desperdicios en una bolsa y cuando pasen por alguno de los pueblos los depositen en los contenedores" sugiere un habitual de este paraje en la comarca sayaguesa. "Tenemos un entorno privilegiado y es una pena que todos los años nos encontremos con el mismo problema".

No es solo en las inmediaciones del embalse, también es frecuente en las épocas de más concurrencia y disfrute de la zona encontrar bolsas en las cunetas de la carretera, "tanto que el agua que corre por ellas pide permiso para pasar por el embotellamiento" comenta con sorna un vecino.

Siendo esto grave, lo es aún más el vertido incontrolado de grandes residuos sólidos, contaminantes y dañinos, que se depositan en cualquier rincón en lugar de hacerlo en los puntos limpios habilitados. Es paradójico que se busquen parajes naturales emblemáticos para semejantes atentados medioambientales que mancillan la naturaleza.