Los ganaderos de vacuno quieren que la sociedad conozca cómo trabajan, por qué la leche sale de sus granjas con todas las garantías de calidad. Reivindican el reconocimiento a un trabajo que es generador de alimentos, en este caso un producto de primera necesidad como es la leche. La iniciativa, que se pone en marcha por segunda vez tras el buen resultado de hace dos años, se centra ahora en los escolares como grandes consumidores de leche y derivados lácteos. A ello responden las jornadas de puertas abiertas que se celebran desde hoy hasta el jueves con la visita de algunos colegios y guarderías a varias explotaciones de la provincia. Ganaderos, veterinarios y nutricionistas serán guías de los escolares en estas clases de campo que organiza la Asociación Frisona Independiente de Zamora, Afriza, presidida por el ganadero Jorge Hernández.

-Vuelvan a abrir las puertas de las granjas, ¿por es necesario que se conozca su trabajo?

-La experiencia de hace dos años fue buena, mucha gente nos ha preguntado si se repetiría y lo volvemos a hacer. Este año se centra en los colegios porque los escolares son consumidores de lácteos y de muchos derivados, y todavía no tienen tanta presión social ante ciertas campañas contra la leche. También queremos acercar a los chavales a la realidad de una provincia agrícola y ganadera, que parece que se nos olvida, donde el sector lácteo tiene una importancia grande. Y, por encima de todo, que somos productores de alimentos.

-¿Hasta qué punto repercuten esas campañas que cuestionan el consumo de leche?

-Últimamente se empiezan a ver estudios defendiendo la leche y la importancia de los lácteos en una dieta sana y equilibrada, pero es verdad que estos últimos años ha habido campañas muy fuertes, no se con qué intereses. Y como parece que en las redes sociales cuentas algo y ya es una verdad absoluta; sin documentarlo ni nada sacan estudios que no se sabe si se pueden certificar, en función de las corrientes de moda en ese momento. Todo eso ha hecho bastante daño al consumo de lácteos y en la medida de lo posible nosotros, como asociación de productores, tenemos que defender nuestro trabajo y nuestro producto.

-¿Esas campañas han sido una zancadilla más en la situación de un sector que ha pasado por una crisis muy fuerte?

-En el sector todo son zancadillas y esto sí que está desmotivando, no ayuda a que los ganaderos vivan en mejores condiciones y que los precios se recuperen. La crisis es tremenda, aunque este año nos vamos a salvar un poquito porque el campo se presenta mejor. Los precios se recuperaron un poco, pero en todo el año pasado no hemos llegado al nivel que ha tenido Europa, con 3 y 4 céntimos por encima del mercado español. De cara a la campaña muchas empresas están anunciando bajadas. Eso es preocupante.

-Siempre apuntan al daño que hacen los grandes monopolios, ¿hasta qué punto se siente desamparado el pequeño productor frente al gran mercado?

-Para hacerse una idea de los grandes monopolios, en Zamora tenemos una industria como Lactalis que hace dos años planteó la posibilidad de participar en las jornadas de puertas abiertas. Nos parecía interesante la colaboración, pero a la hora de la verdad no ha mostrado ningún interés. Otras industrias como Reny Picot y Gaza sí lo hicieron desde el principio. Pero una multinacional como Lactalis pasa y parece que su negocio es vender lo más barato posible. Debería de tener un poco de respeto por los productores.

-Siempre miran a Europa para destacar el mejor trato al sector y los precios, ¿por qué un país como España, de los más importantes de la Unión se encuentra un paso por detrás?

-Es un problema social, aunque parte de la culpa también la tenemos los productores que durante mucho tiempo no nos hemos ocupado de dignificar nuestra profesión y defender que somos productores de alimentos. Yo como productor estoy orgulloso de mi trabajo, creo que los ganaderos hacemos las cosas bien y sacamos un producto de calidad. Pero ahora mismo la sociedad concibe el campo con cierta lejanía; notamos falta de interés, no hay acercamiento.

-No se entiende cuando estamos en una provincia y en una región eminentemente agrícola.

-Pues es un problema porque la industria en Castilla y León brilla por su ausencia, y en Zamora ya ni hablamos. Si hay sectores que pueden aportar desarrollo económico, vida en los pueblos y fijar población, se deberían apoyar. A nosotros como ganaderos nos toca abrir las puertas de las granjas, que la gente vea cómo producimos, que los animales están en condiciones óptimas.

-¿Realmente no se conoce el funcionamiento de una granja?

-Me quedé sorprendido hace dos años de cómo una provincia ganadera, donde das una patada fuera de Zamora y ya ves un animal, la gente tenía un desconocimiento total. El que tenía algo de percepción se acordaba de su abuelo ordeñando a mano en un cubo, pero poco más. Hubo quién preguntó qué era eso que le colgaba a la vaca, ¡pero si es la ubre!.

-¿Hasta ese extremo podemos llegar?

-Yo me quedé sorprendidísimo. ¡Que estamos en Zamora no en la Castellana!. Para que produzcan en las mejores condiciones, las vacas tienen que estar sanas, gozar de un bienestar y una alimentación, que es completamente natural porque recolectamos los forrajes de nuestros campos. Nos sometemos a unos controles, tanto de la administración como de las empresas lácteas que son súper estrictos. El consumidor tiene que saber que la leche que se recoge cada día en la granja cumple todas las normas de garantía y de calidad, y que es un producto muy bueno y muy necesario.

-Llama la atención que incidan tanto en las características de un producto básico.

-Falta un reconocimiento a la leche a nivel nacional y se debería hacer algún tipo de campaña de promoción. Muchos veces los ganaderos comentamos la envidia que nos dan campañas en Estados Unidos promocionando la leche. Es algo tan habitual como que en mitad de la Super Bowl, el acontecimiento deportivo más visto en Estados Unidos, sale Beyoncé con los labios manchados de leche promocionando el consumo. Eso en España es impensable.

-Y ahora surge la batalla por la transparencia en el etiquetado que los ganaderos reclaman.

-Llevamos mucho tiempo exigiendo el etiquetado de la leche en origen, que es algo muy común por ejemplo en Francia; o incluso la leche producida en Bélgica lleva la bandera del país. Pero de repente estos días nos hemos enterado de que parece que el Tribunal de la Competencia lo desaprueba y que el Ministerio está tan conforme. Cabe preguntarse cuáles son los intereses y a quién quiere beneficiar el Ministerio, si a los productores de leche o a las macro industrias que la traen de no se sabe de donde. Al consumidor le gusta saber de dónde viene la leche que toma. Y hemos gastado un montón de dinero en programas de calidad como para que ahora no se pueda poner en un envase.

-Tras la depuración de explotaciones sobrevenida por la crisis de precios, ¿cuántos ganaderos de vacuno de leche subsisten en la provincia?

-En la asociación estamos 62 y en la provincia en torno a 120, entre el 30-40% con una media de edad de 55 años. Para lo pequeña que es la Zamora hay relevo generacional. Pero el joven ganadero, a parte de que le guste, tiene que tener un aliciente, ver que es un negocio económicamente viable porque requiere una inversión tremenda y hay que tener un retorno económico. Si tenemos unos precios tan ridículos que prácticamente los costos se comen el beneficio y además tienes que trabajar todos los días del año, pues obviamente no invita a quedarse.

-¿Pero si no salen las cuentas cómo se presentan las perspectivas para el sector?

-El año pasado las cuentas no salieron. A parte de que el precio no remontó, fue un año agrícola muy malo, escasez de forraje tremenda y el precio de forrajes, paja y alfalfa muy caro. Este año de momento el precio no ha mejorado, pero al menos la climatología nos va acompañando y los forrajes que se van a recoger del campo van a ayudar a sujetar un poco la economía de las granjas. Pero la leche necesita coger más valor.

-¿Cómo ve el futuro, habrá un modo de que se paguen precios dignos a los ganaderos?

-Quiero pensar que algún día se reconocerá el precio que debe tener la leche, entre otras cosas porque cada vez quedamos menos y alguien tendrá que producirla. Y me niego a que lo produzcan macro explotaciones como la que se nos plantea en Soria, me parece aberrante. La leche la tienen que producir las explotaciones familiares, fijando población en el medio rural, no una macro explotación a la que la administración le abre las puertas y le pone un camino de rosas. Ojalá hiciera lo mismo con el resto.