El río Manzanas ha marcado a lo largo de la historia la vida entre los pueblos y familias asentadas en sus márgenes, unas veces para bien, riegos y molinos harineros, y otras para mal, como frontera física y natural. Sus aguas internacionales marcan los lindes de España y Portugal en Riomanzanas, Villarino Manzanas, Nuez, San Martín de Pedroso y Latedo.

La creación de la romería entre la aldea trasmontana de Petisqueira y la española de Villarino trajo consigo la necesidad de buscar una solución. El prologo fue la "Bendición de Campos" del 12 de mayo de 1984 y los portugueses hubieron de descalzarse y arremangarse para cruzar a tierras españolas. Así comenzaba a fraguarse la historia del "Puente del Milagro". Los alistanos pusieron la primera "piedra" del milagroso puente, -milagro humano que no divino-, y una tarde de 1985, un camión llegó a la ribera y allí descargó grava, cemento y tubos de hormigón. Al amparo de la noche los trasmontanos cogieron pico y pala y trabajaron si descanso hasta la madrugada: al amanecer había construido un rústico puente que nadie sabia como había sido, aunque era un secreto a voces.

En 2011 se proyectó la unión por carretera de Villarino y Petisqueira cuya principal infraestructura sería un puente de 40 metros de largo (185 con los accesos), distribuidos en dos vanos de 11 y un tercero de 10, con tablero de 9,60 metros, para una calzada de 7 (dos carriles de 3,50) más aceras de 1.30. La condición impuesta por Medio Ambiente a la Diputación de Zamora fue una vez abierto el nuevo destruir el viejo "procediendo a la naturalización de la margen riparia". En 2013 se abrió el nuevo viaducto y en 2018 Figueruela construyó y estreno el puente móvil.