Guarrate escribió ayer una página para su historia. San Gregorio, uno de los padres de la Iglesia Católica y patrón del pueblo; Antonio Coco, pastor protestante de la Iglesia Anglicana fusilado en 1936; y Las Relaciones, que entroncan directamente con el rito pagano de la Fiesta del Gallo, ejemplifican lo que el periodista guarratino, Luis Miguel de Dios, bautizó como "un canto a la tolerancia, una metáfora de lo que tendría que ser siempre la sociedad". Los tres símbolos dan desde ayer nombre a tres calles del pueblo, renombradas por el Ayuntamiento para dar cumplimiento a la Ley de Memoria HistóricaL que obliga a retirar nomenclaturas con reminiscencias franquistas.

La fiesta local de San Gregorio fue el escenario de un acto tan edificante como necesario. Era un pequeño gesto, sin mayores pretensiones, pero simbolizó el ejemplo que dan los vecinos de este pueblo de la comarca de La Guareña, donde a lo largo de su historia han cohabitado ideas, religiones y ritos paganos "de una forma respetuosa y admirable" elogiaba Carlos López Lozano, obispo de la Iglesia Anglicana española.

El líder de la Iglesia Española Reformada Episcopal quiso participar en el homenaje a Atilano Coco, pastor protestante e hijo del pueblo; "un hombre bueno entregado a los demás". Carlos López evocó la trayectoria del maestro guarratino, hijo de Eugenio Coco, quien allá por 1860 emigró a Cuba, "donde aprendió muchas cosas y se encontró con el cristianismo protestante que fue liberador para él". Criado en Villaescusa, por entonces el "pueblo de los protestantes", Atilano Coco creció "en un ambiente de libertad y de tolerancia. Máximas que regirían siempre su vida, hasta que fue segada a los 34 años. "Ha muerto un santo" reveló Carlos López que dijo Unamuno cuando se enteró del fusilamiento, "sin juicio", de su amigo por el bando nacional.

"Murió inocente y en circunstancias muy penosas, pero ahora, gracias a la gentileza del Ayuntamiento, Atilano Coco cuenta con una calle. Un reconocido homenaje a un hijo de este pueblo que fue muy internacional y muy querido en muchas partes de España y Europa. Cuando la noticia del fusilamiento llegó a Inglaterra, la conmoción fue terrible. El embajador de Reino Unido en España protestó por ese atropello a un hombre inocente", evocó un emocionado Carlos López en medio del silencio de los guarratinos, con la presencia del alcalde, Francisco Hernández Sáez, y algunos familiares directos de Atilano Coco que aún viven en el pueblo. No pudieron asistir ni su hija, ya muy mayor y con problemas de movilidad, ni sus nietas, aunque el obispo protestante se encargó de agradecer en nombre de ellas el homenaje.

No pasó por alto la curiosidad revelada por Luis Miguel de Dios y que Atilano Coco hubiera recibido de buen grado. En la casa donde nació el pastor protestante hoy vive una familia musulmana, otro símbolo de esa "metáfora de convivencia" que ayer inundó la pequeña comunidad guarratina.

Muy cerquita de la calle Atilano Coco, la de San Gregorio, venerado como santo de la Iglesia Católica y patrón de Guarrate. Cada 9 de mayo los guarratinos celebran fiesta local y se reúnen para honrarlo en un día que, pese a la creciente despoblación y la emigración, se mantiene con vitalidad en el pueblo. Vecinos e hijos de Guarrate volvieron a llenar ayer la iglesia en una jornada que hizo historia por la presencia del obispo anglicano. Aunque en un segundo plano, Carlos López Lozano participó al término de la eucaristía, celebrada por el párroco Manuel Iglesias, dando una bendición desde el altar que también fue un gesto de agradecimiento y ecumenismo. "Lo más importante es ser respetuosos y ayudarnos, por el bien de la humanidad" expresó el máximo representante de la iglesia anglicana.

El tercer vértice se situaba a pocos metros de las rúas rebautizadas. La inauguración de la calle de Las Relaciones, llamado así el relato tradicional que hacen los quintos durante la Fiesta del Gallo, tuvo un padrino de excepción: Uve de Dios. A éste agricultor sabio, lúcido y de fina ironía se deben muchas de las quintillas al ave recitadas a lo largo de años. Una virtud heredada de su padre, Paulino de Dios, y que ahora ejerce su hijo Luis Miguel con proverbial reverencia. En ausencia de Uve, que pese a sus bien llevados 92 años prefirió retirarse a casa una vez cumplido con la misa, fue el periodista guarratino quien puso voz a tres evocadoras quintillas.

"En Guarrate es devoción,/ es un anhelo sincero/ que brota del corazón/ ese domingo de enero. /El Gallo.. la relación" recitó a los pies de la nueva calle. "Puedes sentirte dichoso/ del lugar donde has crecido/ y del ambiente vivido./ Pobre de aquel que, orgulloso,/ olvida donde ha nacido". Ya sin apenas poder contener la emoción, Luis Miguel de Dios remató el relato. "A lo largo del camino/ (y mi vida larga fue)/ fiel he sido a mi destino./ Siempre he sido guarratino/ y como tal moriré". Palabra de Wenefrido, Uve de Dios.