El arquitecto y diseñador passivhaus, Luis Fernández Gutiérrez de Coanda, afincado en Sanabria, construye en Triufé la primera vivienda unifamiliar de la provincia diseñada para tener un consumo muy bajo de energía y siguiendo los exigentes criterios del estándar "passivhaus", para garantizar un consumo de energía muy bajo. En menos de una semana se ha levantado la totalidad de la estructura y la tabiquería, orientada hacia el sur para aprovechar el calor.

La vivienda opta a convertirse en la segunda unifamiliar aislada en Castilla y León, que obtenga el certificado "passivhaus" y la primera de la provincia de Zamora.

La construcción bajo parámetros "passivhaus" implica que la vivienda "tendrá un gasto mínimo en climatización -se estima el gasto necesario para calefactar la vivienda de 156 metros cuadrados, en unos 120 euros anuales- por ello se ha optado por no colocar un sistema convencional de calefacción" señala el promotor y arquitecto. La potencia máxima necesaria para calentar la casa, es de 1,5 kilovatios, o lo que es lo mismo, similar al calor que produce un secador de pelo. El segundo gran consumidor de energía en una vivienda de este clima, tras la calefacción, es la producción de agua caliente sanitaria. En este caso, se ha optado por un sistema de aerotermia, también con un consumo muy bajo.

Con estos parámetros, la casa ya puede ser considerada pasiva, pero el proyecto da un paso más allá en cuanto a medidas de sostenibilidad medioambiental. Para ello se ha optado por construir la casa con estructura de madera, y en seco. De esta manera, los tiempos de ejecución se reducen drásticamente. La envolvente y tabiquería de la vivienda, incluyendo carpinterías, se ha montado entera en tan solo 7 días de obra, con tres operarios. El consumo de agua para las obras y la generación de residuos de obra, se reducen prácticamente a cero.

Está previsto instalar placas fotovoltaicas para producción de electricidad, destinada fundamentalmente a abastecer a la producción de agua caliente, y a los electrodomésticos de uso continuo como el frigorífico o ventilación mecánica.

La eficiencia de este tipo de viviendas "se basa en aprovechar los recursos naturales, calentarse aprovechando el sol que entra por las ventanas, y aislar la casa para evitar que ese calor que capturamos gratuitamente, pueda escaparse. Para ello es fundamental el diseño y colocación del aislamiento, pero también colocar carpinterías de altas prestaciones (con triples virios y gas argón en las cámaras), asegurar la hermeticidad del edificio, y ventilar mecánicamente, mediante una máquina que es capaz de meter aire limpio, recuperando el calor del aire viciado, que se devuelve a la calle" indica el arquitecto.

Con estas medidas se consigue un ambiente interior saludable, con aire limpio y fresco, sin polvo ni patógenos y, sobre todo, sin pérdida de energía, porque no es necesario abrir ventanas para tener la casa bien ventilada. Todo esto garantiza la ausencia de humedades, condensaciones o cualquier tipo de patología similar, que es tan común en las viviendas de zonas frías.

En esta vivienda en concreto, se ha utilizado un sistema de entramado ligero de madera, tanto para las fachadas, como para la cubierta. En fachada se ha complementado con 24 centímetros de lana mineral intercalada en la estructura de madera, y una capa continua de corcho negro, de 4 centímetros de espesor, que se revestirá con un mortero de cal, y un acabado proyectado en corcho de color ocre. En la cubierta se han colocado 30 centímetros de lana mineral.

En este tipo de viviendas es importante que el aislamiento sea continuo y para ello se han colocado también 18 centímetros de poliestireno extruido en el suelo. Las carpinterías son de madera, con revestimiento exterior de aluminio y triples vidrios, con gas argón en ambas cámaras. Al sur se disponen grandes huecos, mientras que se minimizan en el resto de orientaciones, especialmente en la norte.