Las grandes capas de sedimentación acumuladas a lo largo de miles de años por las avenidas de agua del Duero en los ámbitos de la desembocadura del Tormes, en Fermoselle, que supera en algunos escenarios los cinco metros de altura, son la base de un proyecto de investigación realizada en estos momentos por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Quieren conocer a través de los mantos de arena los episodios de las riadas y también disponer de información relevante sobre el cambio climático.

El investigador Gerardo Benito apunta que son "un equipo de geólogos e hidrólogos" que pretende recoger información "sobre eventos extremos y desarrollar metodologías de análisis que tengan en cuenta los impactos del cambio climático en la magnitud y frecuencia de las inundaciones, aplicado a la adaptación del diseño de las infraestructuras sensibles (presas, centrales nucleares, puentes, etc), y optimizando el análisis de parámetros de seguridad a los efectos de la variabilidad en el clima".

Una vez elegido el nido de sedimento dejado por los torrentes fluviales el objetivo "es formar un registro de las principales crecidas del Duero en los últimos siglos". También existe constancia de algunos depósitos dejados por inundaciones ocurridas tras la regulación del Duero con las sucesivas presa y la formación de los consiguientes embalses, o generados por los desembalses o turbinaciones de las propias centrales hidroeléctricas, o creados por recientes crecidas como la registrada en 2005.

Otro de los objetivos a determinar es si los embalses actuales "están bien dimensionados para soportar las grandes crecidas que, en principio, si lo parecen" al decir del investigador. De hecho, estas presas tienen aprobados los planes de emergencia y de seguridad establecidos por la normativa.

Gerardo Benito pone de relieve que en la zona de Fermoselle algunos depósitos "están a treinta metros por encima del cauce". Señala que se han realizado unos cinco cortes -que ya se ha mandado cubrir para evitar posibles riesgos- que prueban las inundaciones causadas por el Duero y que han dejado importantes sedimentaciones, en algunos sitios "de hasta cinco y seis metros". A través de las capas de arena se pueden identificar las crecidas "pudiéndose discriminar las diferentes riadas" con la rastros dejados entre las diferentes capas.

Considera Gerardo Benito que "podemos asumir que en los últimos centenares de años no ha habido cambio en la geología y forma del cañón en sí, pero a partir de la sedimentación sabremos las alturas que alcanzaron las riadas. Es un verificación que se realiza mediante cálculos hidráulicos. Debemos de obtener datos reales e información precisa, que se pueda medir, no logrados por el cuento de la vieja".

Los análisis de los restos biológicos será otro de los aspectos a tener en cuenta. Benito subraya al respecto que "en algunos paquetes de cinco metros de espesor de sedimentación pueden existir del orden de 22 inundaciones diferentes, y debemos fechar cada una de las riadas. Para fechar estos episodios una de las formas utilizadas es mediante la obtención de restos orgánicos que puedan ser tratados con carbono 14, y otros con el método de luminiscencia". Sin embargo, el investigador apunta que "apenas encontramos restos orgánicos, ni siquiera de plantas".

Las acumulaciones de arenas suelen son zonas "donde el agua quede estancadas".

Respecto a la regulación de lo caudales y laminación de las avenidas que imponen los diques de hormigón asentados a lo largo del Duero internacional y también aguas arriba de la desembocadura del Tormes al Duero, en el punto denominado Las dos Aguas, el investigador del Museo Nacional de Ciencia Naturales sostiene que también los desembalses de fondo dejan tras de sí acúmulos de arena a veces procedentes de las sedimentaciones existentes en los vasos de los embalses.

El grupo de investigación científica está adscrito al Grupo de Procesos Geoambientales y Cambio Global del Museo Natural de Ciencias Naturales (CSIC). "La investigación aborda el estudio de inundaciones extremas pasadas y actuales, el análisis de su magnitud y frecuencia, y su relación con el Cambio Climático a escala local, regional y global".