Una hembra adulta de cernícalo común acaba de llegar al Centro de Recuperación de Animales (CRA) de Villaralbo. Tras una rápida revisión por parte de Javier Merino, el veterinario encargado de estas instalaciones, llega el preocupante diagnóstico: tiene un ala rota en la que es visible una fractura abierta que hace improbable una completa recuperación para regresar a su medio natural. Permanecerá en el centro hasta que se haya curado y su futuro destino podría ser un centro dedicado a la cría en cautividad con fines de repoblación de esta especie.

Este es uno de los últimos animales atendidos en este punto de recepción de fauna silvestre, el único existente en la provincia y uno de los cinco disponibles en toda Castilla y León. Las instalaciones de Zamora se encuentran en la ribera izquierda del Duero, en el término municipal de Villaralbo, pero no es fácil dar con su ubicación exacta si no se conoce la zona. Hasta aquí han llegado 34 animales en lo que va de año, incluyendo la hembra de cernícalo común. La cifra ascendió a 254 entradas a lo largo de 2017, tanto de ejemplares muertos como vivos. Entre estos últimos se contabilizaron 177, de los que el 42,9 por cierto fueron liberados tras recuperarse. Al resto se les buscó un nuevo hogar en centros de reproducción en cautividad o finalmente no sobrevivieron. "Algunos animales llegan muy mal y no nos queda otro remedio que sacrificarlos", admite Javier Merino, aunque precisa que "sólo se aplica la eutanasia en último extremo".

¿Y qué tipo de animales son atendidos en este centro? Las más abundantes son las aves y, entre ellas, destacan en mayor número el busardo ratonero, el cernícalo común y las cigüeñas. "Son las especies más comunes en esta zona y las más periurbanas, por lo que son más fáciles de ver y de encontrar heridas", aclara Merino. A mayores, llegan todo tipo de especies protegidas, también cinegéticas y, en general, cualquier tipo de ave o animal herido.

En la actualidad, las instalaciones albergan un buen número de aves que no han podido ser liberados por la gravedad de sus lesiones. Tres milanos reales y otros dos negros se hospedan en uno de los voladeros de recuperación de las instalaciones, la mayor parte de ellos incapaces de volar. A ellos se suman una lechuza común, un búho chico, un esmerejón y un gavilán.

Al margen de las aves, el centro también aloja cinco tortugas de florida que al pertenecer a una especie exótica invasora no pueden ser liberadas y permanecen en las instalaciones a la espera de encontrar un santuario donde puedan ser trasladadas. En el apartado de reptiles, otros de los animales atendidos han sido un lagarto celado, un galápago leproso y culebras, que en muchos casos son llevadas al centro para ser identificadas.

En lo que se refiere a mamíferos, varios ciervos, zorros recogidos en pleno casco urbano de la capital o tejones son otros de los animales que han llegado a estas instalaciones. En el último año, también han sido recogidas cuatro nutrias, tanto en el río Duero a su paso por Zamora como en el colector de Manganeses de la Lampreana. Los lobos también han ganado protagonismo en las entradas registradas en el último año, con dos casos de atropello y un tercer ejemplar hallado sin vida.

El CRA de Villaralbo funciona como un centro de recepción de animales en el que se realizan las primeras curas, pero los casos graves o los que requieren de intervenciones quirúrgicas son derivados al CRA de Valladolid.

En las instalaciones zamoranas también se realiza la denominada "cadena de custodia" en posibles casos de envenenamiento.

Además del veterinario, el personal del centro está formado por tres peones, de los que Javier Merino destaca su "compromiso e implicación". Dentro de la red de centros de este tipo existentes en Castilla y León, el de Zamora realiza una importante labor de recuperación de la fauna salvaje que podría aumentar con una mayor dotación de medios.