Fernando Barrio González acaba de entrar en la nómina, cada vez más extensa, de personas centenarias. La noticia no llegaría a ser tan trascendental si no fuera porque este hijo de Manganeses de la Lampreana forma junto a su mujer, Jerónima Jodra Prieta, también natural del pueblo terracampino, el matrimonio más duradero de España. Las cien primaveras de Fernando y las 98 de Jerónima les han permitido cumplir 77 años de feliz unión, desde que el 9 de enero de 1941 sellaran su compromiso matrimonial.

Ha sido en Barcelona, la ciudad a la que la pareja emigró recién casada en busca de mejores oportunidades, donde Fernando ha conmemorado el siglo de vida, junto a su inseparable Jerónima, su hijo Jacinto, los tres nietos y cuatro biznietos, además de otros familiares y amigos llegados de Manganeses de la Lampreana, Zamora, Álava, Madrid, Holanda y la propia Barcelona.

La ocasión lo merecía. Fueron dos días de celebración, el primero con una calsotada y una barbacoa en el chalet familiar, para rematar a la jornada siguiente en una antigua masía donde el saludable centenario pudo soplar la tarta de cumpleaños y comerse "dos trozos y medio, que es muy goloso " revela su hijo Jacinto. A decir de los suyos, a sus cien años Fernando "se encuentra aceptablemente bien", viviendo en su casa junto a su esposa.

La pareja de nonagenarios conserva la autonomía, "aunque con los límites normales de estas edades" cuenta Jacinto Barrio, que acude prácticamente a diario a casa de sus padres, de la que le separan "20 minutos andando" en la ciudad condal. "Hasta hace poco se duchaba el solo, pero se le ha notado un bajón".

Aunque Fernando ha gozado de una envidiable salud a lo largo de su vida, empieza a acusar la longevidad con "algunas lagunas" de memoria y últimamente con una anemia de la que está recuperándose. En cambio Jerónima disfruta de una memoria envidiables, aunque la artrosis y la vista mermen sus capacidades.

"Doy gracias a Dios por poder disfrutar de mis padres, pero ahora solo hay que pensar en el día a día" cuenta su hijo. De momento han podido celebrar cien años y, de forma paralela, la llamativa duración de esta unión matrimonial. Los 77 años de casados, y se puede decir que un siglo juntos porque nacieron en la misma calle de Manganeses casi una al lado de la otra, sitúan a Fernando y Jerónima como el matrimonio más longevo de España. No está escrito en ningún sitio, "pero no ha salido nadie que diga lo contrario" bromea su hijo.

Título hay, pues cuando la pareja zamorana cumplió 73 años de casados recibieron un reconocimiento con motivo del Día Mundial del Matrimonio en forma de diploma que acredita a Jerónima y Fernando como los titulares del sello de amor más duradero que se haya conocido en España. Dos años después, a los 75 de casados, la pareja con sus familia y amigos celebraron por todo lo alto las bodas de diamante. De aquella ya les dijeron: "hasta los cien" a los que ha llegado Fernando, aquel muchacho inquieto nacido en el seno de una familia de agricultores terracampinos que, una vez que volvió de la Guerra Civil sano y salvo, y casado, cogió el petate junto a su joven esposa y se fueron a Barcelona donde Fernando tenía un hermano. Allí se puso a trabajar en el tranvía, para después preparar unas oposiciones al Ayuntamiento y entrar en el servicio de Estadística hasta su jubilación.

Aunque lejos de su tierra, el matrimonio nunca perdió la vinculación con sus raíces, volvía todos los años al pueblo, la última vez hace ocho. "Se acuerdan mucho, mi padre todavía dice que le gustaría ir a Manganeses pero ya no puede ser" cuenta su hijo. Pese a la buena salud que la vida les ha regalado "no dejan de ser cien años" o casi, en el caso de Jerónima.