Y Sancho Panza dijo "yo he visto tomar el apellido y alcurnia del lugar donde nacieron". Y ante la Casa del Escritor en Cervantes, en la comarca de Sanabria, esta semana comenzaron los actos conmemorativos de la muerte de Miguel de Cervantes Saavedra. Con la lectura de varios pasajes de Don Quijote de la Mancha, el sanabrés Daniel Boyano, la vallisoletana Yolanda Muñoz y la zamorana de Colina de Trasmontes Paqui Rodríguez ataron la imaginación de las letras a los testigos del paisaje de la triste figura. Los pasajes del Quijote brotan salpicados por la interpretación de Leandro Rodríguez, el principal valedor del origen sanabrés de la gran figura literaria. La denominada casa del escritor es una ruina en ciernes, no por encantamiento de malandrines sino por la acometida del tiempo.

A la entrada del pueblo espera una antigua ermita o capilla que refleja en sus textos Leandro Rodríguez "que dicen está dedicada a San Marcial, pero que la estatua del siglo XII más bien parece representar a San Esteban, y entran en el pueblo, Cervantes".

Los tres lectores avanzan en su recorrido por las calles el pasado lunes "Camino arriba se llega a la plaza del barrio de Abajo de la que Sancha Panza informó a su esposo que "la fuente de la plaza se secó". Y en la plaza hay una fuente pero que mana abundantemente.

A la puerta de la casa con un dintel labrado singularmente y datado en el siglo XIV es fácil ver y no imaginar al ama y a la sobrina aguardando al caballero de la triste figura. La puerta resiste pero la construcción sucumbe. El prado concejil, el palomar, el patio y el corral "por la puerta falsa de un corral salió al campo".

El palomar es otra de las construcciones singulares que se conservan y que figura en los párrafos de Don Quijote. Cara al palomar, señor y escudero discuten sobre la siguiente salida y Sancho, presionado por Sancha, pide aumento de salario. Dar lectura a los párrafos a la vista de la construcción ata la imaginación.

"Viene mucha gente a ver la casa" afirma Manuela Ferrero, vecina puerta con puerta de la casa del escritor. Recuerda especialmente a unos investigadores llegados del Japón buscando a Leandro Rodríguez, que es de Trefacio, pero vive en Suiza.

Y volviendo al principio del libro "En un lugar de las montañas de León tuvo principio mi linaje, con quien fue más agradecida la naturaleza que la fortuna, aunque en la estrechez de aquella aquellos pueblos todavía alcanzaba mi padre fama de rico". Y 400 años después la naturaleza sigue siendo generosa y esquiva la fortuna "En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme".