Los 75 años del viaducto de Martín Gil -así se pretende- contará con un viaje único y especial en un tren histórico desde Zamora hasta la estación de Carbajales de Alba, en plena sierra de Cantadores, atravesando el puente a velocidad muy reducida para que los viajeros puedan admirar la imponente obra de ingeniería. Allí tendría lugar un emotivo homenaje a todos los familiares de los trabajadores que construyeron el puente. Los fallecidos y los supervivientes. Según manifestó el alcalde Francisco Iglesias Méndez en Palacios del Pan aún viven algunos obreros que participaron en tan magna obra.

Así mismo, se descubrirá una placa conmemorativa en el propio viaducto, incluyendo un texto que se había propuesto hace 75 años, precisamente para la inauguración de 1943, que hacía alusión al ingeniero Francisco Martín Gil, uno de los artífices de la atrevida solución del gran arco de hormigón y fallecido prematuramente a los 37 años de edad, el 30 de marzo de 1933 sin ver si quiera iniciadas las obras del viaducto, homenaje al ingeniero que nunca se llegó a materializar. Para ello se solicitarían los permisos a ADIF.

Según José Manuel Rodríguez Vidal, presidente de la Asociación Ferroviaria Zamorana: "Con su altura sobre el agua y la enorme distancia entre los apoyos de su arco central, representó un gran progreso en el cálculo y construcción de puentes de hormigón. Hoy sigue fascinando a todo el que lo contempla por su estética y descomunales dimensiones".

El viaducto tiene una longitud de 479 metros y una altura de 84 sobre el fondo del embalse. El coste final ascendió a 11.495.193,38 pesetas, mucho más de los 4.360.126,28 presupuestados inicialmente.