La entrega de precintos para la caza de corzo en los cotos de la provincia de Zamora, que cuentan con su aprovechamiento en el plan cinegético, sigue "a cuentagotas". Son decenas los titulares que todavía están pendientes de disponer de este requisito para cumplir sus expectativas.

Aunque la temporada de caza del corzo ( Capreolus capreolus) es larga, y este periodo fue iniciado el 1 de abril y se extiende hasta el próximo 5 de agosto, los titulares de cotos desean aprovechar al máximo la potencialidad de la caza del corzo. La demora en la entrega del precinto tiene unos perjuicios añadidos para la hostelería de la provincia por la ausencia de los cazadores interesados en esta especie, cuyas estancias reportan siempre un beneficio económico.

Es de tener en cuenta que la caza del corzo va al alza en la provincia de Zamora porque no existe tal posibilidad en otras comunidades del sur del país, porque el impacto de la moscarda (gusanos en las fosas nasales) es un problema tan acuciante como desagradable en diversas provincias del norte -ya presente en Sanabria-Carballeda- y porque la modalidad de caza es apacible y supone un trofeo discreto. Por decirlo en expresión de un gestor cinegético, "no genera grandes problemas con la familia para colocarlo en casa, como ocurre con el ciervo, que es un trofeo de grandes dimensiones".

Gestores cinegéticos ponen de manifiesto que "el corzo tiene tirón en el cazador urbano porque es un trofeo que no ocupa mucho sitio y tiene un precio asumible". De hecho, fuentes del sector cinegético cifran el precio esta especie "entre los 500 y 800 euros", cuyas diferencias vienen impuestas por la existencia de ejemplares y la gestión cinegética desarrollada a lo largo de los últimos años en el coto, con repercusión en la impronta y rango de las poblaciones.

De la importancia del corzo hablan las propias gestiones cinegéticas, con diversos cotos "donde se ha prohibido la caza de hembras" precisamente para elevar y fortalecer la población de esta especie, y generar mayores cupos de caza.

Es una caza que tiene su elegancia y su dificultad, con el atractivo en la provincia de Zamora de "una orografía agreste" que exige al cazador practicar un recechaje lleno de emociones. Al ser un animal silencioso y de pequeño cuerpo la mejor forma de avistarlo y afrontarlo con garantías es "hacerlo a las primeras horas de la mañana o en las últimas de la tarde", cuando el cérvido gusta de salir de las forestas y pastar en las márgenes de las praderas o, si nadie le importuna, en el interior de las mismas mostrando su elegante figura. Dentro de las masas forestales el cazador debe tener un conocimiento preciso de las querencias del corzo, y moverse con absoluto sigilo para acercarse lo debido, y en las praderas tiene la oportunidad de verlo desde la distancia y, con todas las precauciones, ganar terreno para observar sus cualidades y tenerlo a tiro. A medida que avanza la primavera las propias campas ganan en herbaje y, salvo que el ganado o el hombre realicen la siega oportuna, también se dificulta la visión en estas campas. Al ser un animal que entusiasma a los predadores trata de mantener fino sus sentidos y su instinto para no ser presa de los mismos. Es con todo una especie vulnerable y de su implantación en la provincial dicen mucho la siniestralidad que sufre en las carreteras.

El delegado provincial de Caza, José Antonio Prada, trató recientemente con los responsables del Servicio de Medio Ambiente de resolver el problema para que "se desbloqueara" una situación de gran parálisis, atribuida a cuestiones internas y personales en el propio departamento de la Junta de Castilla y León, que algunos ponen nombres propios. También gestores de cotos de caza de Aliste expresaron su malestar por el deficiente servicio, al igual que se transmitió desde la comarca de Carballeda y Sanabria, y desde la Asociación Zamorana para la Defensa de la Caza y de la Pesca (Azadecap). Algunos afectados reconocen que la distribución de los precintos "está encauzada", o que el personal trabaja "al máximo rendimiento", pero se insiste en la lenta marcha de los repartos .