El traumatólogo fermosellano Raimundo Castro Mayor, de 86 años, "una eminencia y pionero de la traumatología en España", fue enterrado en mañana en la villa de Fermoselle. Su muerte ha causado una visible conmoción entre la población por tratarse de una persona "que vivía, sentía y amaba a Fermoselle", en palabras de su cuñado José Barreña, quien afirma que la muerte del prestigioso doctor le sorprendió "porque estaba fenomenal y de hecho este año pensábamos venir para estar presentes en la romería de Santa Cruz".

La misa de funeral se celebró en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de la villa, con asistencia de familiares, conocidos y una importante presencia de vecinos que se mantienen firmes y dan vida en estas fechas a la capital de Arribes.

Casado por todo lo alto "en El Escorial", y con una hija, "era una persona que se dedicó íntegramente a la medicina". De su vocación a la carrera médica habla con claridad la biblioteca personal, "formada por miles y miles de libros", así como su conocida trayectoria en trabajos difundidos y publicados al decir de José Barreña, que solía acompañarlo en sus desplazamientos debido a que Castro Mayor "ya no podía conducir y le faltaba un poco de vista".

Destaca Barreña los méritos y su dedicación de Raimundo Castro a la medicina, así como su profunda inquietud por formarse y romper hábitos con la últimas tecnologías o medios disponibles. Al respecto, hace referencia a que una vez doctorado por la Universidad de Salamanca optó por emigrar a Londres donde pasó a formar parte del equipo médico del Royal National Hospital , un centro referente en la especialidad de traumatología a nivel internacional. Allí tuvo ocasión de tomar parte en la operaciones practicadas a personas sobresalientes del mundo de la política como Winston Churchil o el presidente egipcio Anuar El Sadar, y también de actores del más alto nivel como Sofía Loren y Sean Connery.

Residente en Almería, el periódico La Voz de Almería se hizo eco de su muerte y subraya que Raimundo Castro "realizó la primera operación de prótesis de cadera en España, una intervención que tuvo lugar a principios de los años 70 en el recién inaugurado Hospital Torrecárdenas y que cambió definitivamente la percepción de este tratamiento".También destaca que "tuvo como maestros a algunos de los más ilustres doctores de la historia española, entre ellos Marañón, Jiménez Díaz, López Ibor, Vallejo Nájera o Laín Entralgo, y siempre reconoció que compartir aulas con ellos sin duda imprime carácter y marca la trayectoria profesional de cualquiera".

"Era una persona amable, abierta, sencilla y querido por todo el pueblo de Fermoselle". En Fermoselle destacan su valía, "era un Aranzadi", en expresión de José Manuel Pilo, pero muy especialmente resaltan su humanismo y familiaridad con la gente. "Raimundo, que me ocurre esto, le decían cuando pasaba algunos días en Fermoselle, para las fiestas de San Agustín, y es que se comportaba como un médico de familia o de cabecera con todos los que estaban un poco pachuchos" afirma José Barreña. Apunta, además, que "era un enamorado y un forofo de Fermoselle, un fermosellano de médula, pero sencillo. Hablaba con cualquiera. El trato era igual para un ministro que con un pastor. Es una pena que se haya ido porque estaba fenomenal y en plena forma. Cuando venía a Fermoselle igual se le veía a las tres o cuatro de la mañana en la plaza Mayor, compartiendo los momentos de las fiestas con otros fermosellanos".

El residencia de la tercera edad Cristina Regojo también reconocen su aportación porque donó importante material procedente de la clínica de Almería. "En su vida privada fue una persona dedicada exclusivamente a la medicina, que le llevó a participar en congresos y conferencias a nivel internacional".

La Voz de Almería recoge en su edición de ayer que "con esa experiencia a cuestas obtuvo con honores una de las primeras plazas de traumatólogo convocadas por la Sanidad española de la época. El jefe nacional de Sanidad de aquellos tiempos, conocido de Castro, le propuso venir a Almería para dirigir el Centro Nacional de Parapléjicos que se proyecto para la provincia. Sin embargo el ministro Sanidad de la época, natural de Toledo, cambió los planes a última hora y se llevó ese proyecto a su tierra". José Barreña aseguró ayer que en su cabeza también rondó la idea de venir a Zamora "solo por estar con los suyos. Son los míos: decía". El periódico almeriense informa que "fue el primer jefe de traumatología del Hospital Torrecárdenas, fundó la Clínica Internacional Torresbermejas, fue director médico del Almería Club de Fútbol, entre otros méritos. Su entrega profesional se puso de manifiesto con intervenciones heroicas como el rescate entre los escombros del Edificio Azorín, que se derrumbó atrapando a varios trabajadores. A uno de los atrapado bajo los escombros tuvo que amputarle la pierna para sacarlo; llegó hasta él por una galería excavada por los compañeros del herido, arrastrándose, y realizó la operación mientras los cascotes caían a su alrededor. Le salvó la vida porque pocos minutos después se produjo un derrumbe en esa zona".

Raimundo Castro, de sobrenombre, "Margallo", porque en la villa de Fermoselle el apodo es toda una identidad, recibió ayer el último adiós en su villa y con los suyos.