Villarrín de Campos ha modificado su callejero para eliminar los nombres que aún se conservaban de algunos de los protagonistas de la sublevación de 1936 por otras denominaciones más tradicionales y propias de la Tierra de Campos. Así, la calle del Generalísimo ha pasado a ser la calle Palomares, en referencia a la construcción característica de la comarca, de la cual Villarrín conserva algunos de sus mejores exponentes. Otras tes vías han recuperado los nombres que tenían antes de la dictadura y que aún pervivían en el habla de los vecinos: la calle Calvo Sotelo -el político que murió asesinado justo antes de la guerra- ya es oficialmente la calle San Miguel, la del General Mola es la calle Nueva y la de José Antonio la calle Larga.

Los cambios se tomaron por acuerdo del pleno municipal el 9 de febrero de 2018, según le ha hecho saber la Secretaría del Ayuntamiento a la Mesa del Senado, que el 27 de diciembre remitió un escrito al Consistorio instándole a cumplir la Ley de Memoria Histórica.

La Cámara Alta se preocupaba de este pueblo terracampino a petición del portavoz de Compromís, Carles Mulet, que requería al Ayuntamiento la retirada de "escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación personal o colectiva de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura franquista".

Doble rotulación

En breve se rotularán las cuatro calles con sus nuevas denominaciones, si bien hasta final del ejercicio 2018 las nuevas placas convivirán con la rotulación antigua para evitar confusiones y facilitar la identificación de las calles por el público en general.

Compromís está requiriendo a través del Senado a decenas de municipios zamoranos que cumplan la ley aprobada en 2007, lo hace guiada por el Colectivo Ciudadanos del Reino de León, que además ha llevado hasta la Cámara Alta varias preguntas referentes a reivindicaciones de distintos pueblos de la provincia.