El pasado 19 de marzo se cumplían 70 años desde que una sagaz maestra promoviera entre sus alumnas la idea de enaltecer la figura paterna. Aquella modesta iniciativa traspasó las fronteras de su escuela y la fiesta de San José, a la posteridad se vincularía con el Día del Padre. La hija de esta iniciativa fue la zamorana Manuela Vicente Ferrero, Nely -como firmaba muchos de sus escritos-, una inquieta educadora y resuelta con la pluma como demostraron sus pinitos periodísticos allá por los años 30 en "El Correo de Zamora".

Manuela Vicente, Manolita, vino al mundo en Tábara en el año 1904. Los fugaces recuerdos que perduran en la memoria de sus paisanos describen a una mujer "fuerte, echada para adelante, muy comunicativa". Hija de "los confiteros", como era conocida su familia por regentar un negocio de confitería y cafetería, Manuela Vicente vivió en la calle El Sol de Tábara, donde pasó su infancia y después las vacaciones con su marido, militar, y sus hijos, hasta que vendió la casa y se desligó definitivamente de su pueblo.

La tabaresa Nely Vicente "inventó" el Día del Padre

La memoria de Manuela Vicente Ferrero es muy difusa en Tábara, pues a pesar de que ejerció los primeros años del magisterio en la provincia, la mayor parte de su trayectoria educativa discurrió en Madrid, donde precisamente gestó la idea del homenaje paterno.

Fue en 1948, ejerciendo como maestra en el madrileño Barrio de Belmonte, cuando Manuela Vicente puso en práctica "un día para los padres", con el fin de que sus alumnas "hablaran con más intensidad de su cariño, recordando sus sacrificios". Así lo relata la propia Nely en las páginas de "El Correo de Zamora", en la edición del 19 de marzo de 1965, coincidiendo con el XVII aniversario de la creación del "Día del Padre".

La tabaresa Nely Vicente "inventó" el Día del Padre

Una sencilla idea que, sin proponérselo, inmortalizó la fiesta el día de San José. El artículo periodístico detalla la gestación de ese homenaje, tal y como Nely lo había escrito en enero de 1949 en las páginas de "El Magisterio Español", una publicación sobre la escuela e icono periodístico de los maestros. Como cuenta en primera persona Manuela Vicente, ese 19 de marzo de 1948 "todo fue natural y sencillo: las niñas, nerviosas, esperaban el momento de entregar su obsequio -una labor ejecutada por ellas en la escuela- y felicitación, poniendo en el beso de aquel momento todo el amor de su alma. Los padres esperaban ilusionados y dichosos".

A partir de aquel agasajo a los padres, Nely continuaría cada año, desde las páginas de "El Magisterio Español", propagando la idea hasta que fue calando por más escuelas, como la iban informando a ella a través de cartas. El 19 de enero de 1951, después del acto celebrado en su nueva escuela del Santo Ángel de la Guarda, en Madrid, la maestra tabaresa fue invitada por Radio Nacional de España para explicar cómo nació la celebración.

La tabaresa Nely Vicente "inventó" el Día del Padre

La idea se fue extendiendo como una mancha de aceite hasta que recibió el definitivo impulso en el año 1954 de la mano de José Fernández Rodríguez, director gerente de los grandes almacenes "Galerías Preciados", quien la propagó a través de la prensa y a radio. Aquella romántica evocación a los padres floreció más tarde como un filón comercial. "A partir de entonces todas las casas comerciales, que por los regalos al padre veían aumentar sus ingresos, han seguido fomentándolo" escribió la inventora, a quien siempre movió el sentido espiritual de la fiesta.

Un ingenio con el que hizo historia esta maestra, cuya condición de funcionaria pública permite seguir su huella, no solo por la publicación de sus destinos sino por la impronta que dejó a través de sus colaboraciones en "El Correo de Zamora". Manuela Vicente Ferrero estudió magisterio en Zamora, comenzó a ejercer como interina de párvulos en Fermoselle, en el curso de 1927, y un año después se le asignaría el destino de Toro, también estuvo en Mayorga de Campos, para conseguir la plaza en propiedad en Berrocalejo (Cáceres), en octubre de 1928. Madrid sería su plaza definitiva a lo largo su carrera profesional.