Las organizaciones profesionales agrarias (Opas) han conseguido poner de acuerdo al Ministerio de Fomento, a Adif y a la Junta de Castilla y León para tomar medidas de control de las poblaciones de conejo que se refugian en los alrededores de las autovías y de las líneas ferroviarias de alta velocidad, zonas valladas y en las que está prohibida la caza, un paraíso perfecto donde los conejos pueden horadar sus madrigueras lejos de las escopetas y de muchos de sus depredadores naturales para después pasar libremente por debajo de las cercas cuando para alimentarse de los cultivos más cercanos.

Esta plaga se ha convertido en un quebradero de cabeza para los agricultores que labran terrenos próximos a estas infraestructuras, áreas enteras donde el control cinegético del conejo se ha mostrado totalmente inservible debido a la existencia de estas zonas valladas que actúan como reservorios de la plaga.

Por eso ayer los líderes regionales de la Alianza por la Unidad del Campo UPA-COAG, de Asaja y de UCCL sentaban en la misma mesa, en Valladolid, a los responsables de las consejerías de Fomento y Medio Ambiente, del Ministerio de Fomento -titular de las autovías-, de Adif -propietaria de las vías del AVE- y también a la Confederación Hidrográfica del Duero, ya que algunas riberas donde la vegetación especialmente abundante también actúan como reservorios de la plaga. Las instituciones acordaron colaborar para controlar al conejo. "La cosa va despacio, pero todos están dispuestos a colaborar y la próxima semana nos reuniremos para concretar medidas" -explicaba a este diario Aurelio González, de la Alianza- "tenemos que concienciar a las Administraciones de que los conejos no solo son un problema por el daño que pueden acabar causando en las infraestructuras, que se pueden llegar a hundir, sino sobre todo por enormes las pérdidas que causan a los agricultores". Por eso la opa demanda, además de actuaciones con carácter de urgencia, medidas definitivas a medio-largo plazo, como cercados que no permitan a los conejos pasar por debajo para entrar y salir libremente de las cunetas.

Por eso los sindicatos agrarios de la provincia también se reunían ayer con el subdelegado del Gobierno, Jerónimo García Bermejo. Lo hicieron por separado, en tres reuniones diferentes, por exigencia de una de las tres organizaciones, pero el subdelegado ofreció a todos la misma información sobre las actuaciones que se realizarán para controlar las poblaciones de conejo en las zonas de dominio público viario, ferroviario o hidráulico. Los espacios públicos donde se ubican madrigueras de esta especie son denominados como zonas de seguridad y, según la Ley de Caza de Castilla y León, en estas zonas está prohibida la actividad cinegética. No obstante, para determinados casos la ley prevé la posibilidad de actuaciones por los motivos siguientes: prevenir perjuicios importantes a los cultivos, ganado, bosques, caza y la pesca; prevenir accidentes en relación a la seguridad vial y prevenir daños a instalaciones, infraestructuras o servicios de uso o interés público o privado. Esta autorización es otorgada por Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León y puede ser solicitada por el propietario de los terrenos o por cualquier persona que se considere afectada.

En la misma línea la consejera portavoz de la Junta de Castilla y León, Milagros Marcos, trasladó a los medios después del Consejo de Gobierno que las actuaciones se llevarán a cabo en el marco de la ley de caza, según recoge la agencia Ical, y que las posibles indemnizaciones a los agricultores por daños en sus cultivos son responsabilidad de los responsables de los cotos. Además, la consejera insistió en que no se puede declarar como plaga al conejo porque es una especie cinegética.

En la provincia de Zamora la zona en la que se han registrado más daños es la colindante a la autovía A-11, especialmente entre Toro y Morales de Toro, pero también los alrededores de la A-6 y de la A-52 en Tierra de Campos y en Los Valles.