A sus 31 años Laura Conejo Garrote atesora un curriculum envidiable. Licenciada en Matemáticas y actualmente profesora de la Facultad de Educación de Soria, esta barcelonesa hija de sayagueses por los cuatro costados ha sido galardonada con el Premio Extraordinario de Doctorado de la Universidad de Valladolid, en la rama de Ciencias Sociales y Jurídicas, por su tesis doctoral titulada "Análisis histórico de las demostraciones en libros de texto sobre teoremas de límites y continuidad. De la Ley General de Educación a la Ley Orgánica de Educación".

Laura es hija de la emigración. Nació en Barcelona, como su hermano, donde buscaron el futuro sus padres, Luis Miguel y Tránsito, naturales de Luelmo de Sayago. Cuando tenía 7 años la familia se trasladó a Valladolid, más cerca del pueblo donde esta joven profesora pasaba las vacaciones y al que vuelve cuando puede, aunque ahora menos. En Luelmo ha participado activamente en las veladas de teatro junto a su padre y mantiene un vínculo sentimental que, por ejemplo, le llevó el año pasado a organizar unas divertidas jornadas de "Matemagia". Aprovechó su formación como matemática, enfocada tanto a la docencia como a la investigación, para mostrar originales trucos que causaron sensación en las fiestas del pueblo.

Lejos de tratarse de una ciencia fría, inalcanzable o tediosa, Laura defiende que "las matemáticas se pueden aplicar a muchos ámbitos de la vida, incluso a la prensa; o por ejemplo a algo tan común y que interesa tanto a la gente como es el tiempo, porque detrás de esas predicciones hay un modelo matemático". Por eso huye de calificativos como "cerebritos" tantas veces asociados a los estudiantes de ciencias puras. "Cada uno puede ser bueno en su especialidad y a mi siempre me gustaron las matemáticas, se me daban bien y no tenía inclinación por otras áreas, quizás también por la biología".

Y aunque su carrera ha estado muy vinculada a la docencia -antes de la Universidad fue profesora de Matemáticas en el IES Politécnico de Soria-, también ha podido encauzar su formación hacia la investigación, con más de 20 publicaciones en su curriculum. Un campo interesante para Laura Conejo "porque te permite compartir lo que haces con el resto de la comunidad investigadora".

Una prueba de ello es la tesis doctoral que le ha valido el premio extraordinario, centrada en analizar la "evolución de la demostración matemática en los libros de texto y las implicaciones que dicha evolución ha tenido en la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas a nivel preuniversitario". La demostración matemática "es un proceso de vital importancia tanto en el desarrollo de la propia matemática como ciencia como en su enseñanza y aprendizaje".

En el desarrollo de la tesis de Laura Conejo Garrote, la Universidad de Valladolid destaca que "se ha observado que la presencia de la demostración matemática en los libros de texto ha ido disminuyendo paulatinamente desde los años 70 y que actualmente se tiende a un aprendizaje más memorístico de las matemáticas. Todo ello conduce a que los alumnos tengan una menor comprensión de esta ciencia, así como a que olviden antes lo que han aprendido".

Para la joven matemática es "un error" desatender la comprensión porque "los aprendizajes son más duraderos si uno comprende lo que hay detrás, ahí está la clave que te permite entender y comprender en otros contextos, en que los alumnos aprendan a pensar y no se base todo en la memorística. El objetivo no es solo la demostración sino la justificación de las cosas que hacemos, que también está relacionada con la resolución de los problemas".

El empeño de esta profesora pasa por mejorar la educación matemática. Laura no hace teoremas, no es su campo resolver los problemas sino cómo se aprende la disciplina; "habría que revisar si todo lo que se enseña en las aulas es correcto porque al final, si hay algo detrás de las matemáticas es lógica y es una pena que no se ponga en valor".

Laura sabe que el mundo de la investigación no es fácil, "duro" dice, y lo siente como tantos jóvenes talentos que sufren una frustrante falta de apoyo y estímulo necesario, a pesar de que son los pilares intelectuales de un país. "La investigación es una carrera a largo plazo, muy complicada y descorazonadora porque con la crisis se han reducido las plazas y exigen muchos requisitos; también se han reducido las becas y las exigencias son cada vez mayores".

Si a ello le sumas una remuneración económica nada equiparable al esfuerzo intelectual, al final comprendes por qué Laura mantiene intacto su entusiasmo con lo que hace. "Es muy vocacional, me encanta lo que hago" cuenta desde sus 31 años y al otro lado del teléfono, en su despacho en el Departamento de Didáctica de las Ciencias Experimentales, Sociales y de la Matemática de la Facultad de Educación de Soria Campus "Duques de Soria", dependiente de la Universidad de Valladolid. Allí es donde trabaja.