Como preámbulo claro de la creación de la nueva entidad peregrina se expuso que "a partir del siglo IX, cuando surgió el Camino de Santiago, instituciones de la iglesia, órdenes religiosas, cofradías de artesanos, nobles y particulares crearon toda una serie de hospitales de acogida que permitían al peregrino, independientemente de su capacidad económica, ser atendido y recogido cada noche a lo largo de todo el camino de Santiago en cualquier época del año".

Más de mil años después, se aseveraba, "en una sociedad avanzada y compleja, la vieja tradición de dar hospedaje voluntario al peregrino ha pervivido en una serie de albergues que en muchos casos, durante los años más oscuros del la peregrinación, protegieron y dieron cobijo a cuantos se dirigían a Santiago y hoy los siguen haciendo con los mismos valores".

Desde Albergues de Acogida del Camino de Santiago se cree que "hoy la complejidad del camino obliga a unir lazos entre estos albergues para realizar acciones coordinadas, generar interlocutores válidos ante las Administraciones y perpetuar una actividad voluntaria y de asistencia que cumple el milenio, con el fin último de colaborar en la realización de normativas correctas que preserven los valores del Camino".

Así mismo los fundadores de Albergues de Acogida Tradicional del Camino de Santiago indicaban que "pequeñas administraciones locales, diócesis, curas rurales, órdenes religiosas y asociaciones, que sustituyen de alguna manera a las antiguas cofradías, han estado protegiendo, con pocos medios y nunca voluntad, la posibilidad de que peregrinos de todo el mundo hayan podido depositar sus oraciones, pensamientos, deseos y esperanzas ante la tumba del Apóstol".