- ¿Ha pecado de estricta legalista?

-Todos los secretarios procuramos que las corporaciones no se metan en problemas, si se puede evitar, y ayudar a resolverlos. Hay cosas que no se pueden hacer de una manera, pero sí de otra, y procuras que el alcalde o alcaldesa no se quede en evidencia. Si la situación se puede enmendar y encauzar desde el punto de vista legal todos los secretarios lo intentamos. Pero hay temas y temas. Cuando ya han hecho la ilegalidad y además vienen a por ti tienes que defender tu profesionalidad. Reitero que a los secretarios profesionales, que dependemos del Ministerio, nos da igual quien es el alcalde, pero por lo mismo no nos sujetamos a las presiones.

-¿Pero tiene que ser difícil?

-Si eres secretario interino, no le puedes decir a quien te ha colocado que no haces lo que te pide, mientras que, mis compañeros y yo sí nos atrevemos a decirle que eso no es legal. Primero lo dices de palabra e intentas reconducir la situación. Cuando no hay más remedio, tiras de informe. Tú en tu casa haces lo que te dé la gana, pero en un Ayuntamiento no, el político tienes que ser el primero en cumplir las normas y el procedimiento que corresponda, en beneficio de todos los vecinos.