Música tradicional, baile, mucho jolgorio, alguna que otra gamberrada y el piorno en llamas. Estos elementos han servido, un año más, para que las Águedas de Andavías pusieran patas arriba el pueblo con una celebración que hunde sus raíces en el siglo XVIII.

Como es costumbre, las Águedas han brincado por encima del fuego, han bailado en corro y por parejas, han llenado el ambiente de carcajadas y han caldeado un ambiente, hasta entonces, gélido. A varias de ellas, solo les hace falta media chispa para entrar en calor.

Incluso, las más mayores, ya con dificultades para saltar, han querido estar presentes en un acto que este año se ha celebrado en la zona del molino, junto a la carretera, y que ha atraído también a varios niños y niñas que han querido imitar a las Águedas y que se han elevado por encima del piorno.

Con esta tradición, y la fiesta nocturna que llegará más tarde, las Águedas de Andavías cierran su particular modo de entender una fiesta con mucho arraigo en la provincia de Zamora.