Nueve guarratinos revivieron ayer la tradición de la carrera del gallo, un ritual de paso a la madurez que hasta hace no tantos años cumplían los chicos jóvenes antes de realizar el servicio militar. Este año fueron Borja Riesco, David Sáez, Milagros Fonseca, Isabel Toribio, Laura Riesco, Sara Sánchez, Daniel Conde, Ana Hernández y Carlos Rosón los que a las cuatro de la tarde cambiaron la capa castellana que lucieron en la misa matinal por el uniforme castrense para subirse a los caballos y declamar ante el gallo muerto las relaciones escritas por Luis Miguel de Dios, Antonio de Dios, Jesús Riesco, Teodosio Rosón y Enrique Lorenzo.

En los versos abundaban las exaltaciones de la belleza de la tierra: "Páramos de cereal. / Campos de sed y sudor. / Cobijo del labrador. / Lágrimas de alto jornal. / Horizontes sin final. / Soles que pintan con trazos / alamedas y ribazos. / ¡Cómo no voy a quererte / si yo he tenido la suerte / de nacer en tu regazo!". Pero también las anécdotas personales que arrancaron varias risas entre el numeroso público congregado bajo la cuerda: "Desde que la Chus se levanta / me oye decir a distancia / "¡Cómprame la moto, padre! / A mi los humos me encantan / pero no los de mi madre", y por supuesto, anuncios del destino del ave colgada: "¡Adiós rey de nuestra fiesta! / No esperes la absolución. / Rezarán una oración / por tus plumas y tu cresta / mi prima Laura y su hurón".

Cientos de ojos y casi tantos teléfonos móviles siguieron cada momento de la carrera que minutos después ya corría por las redes sociales y los grupos de mensajería electrónica.

Tras bajarse de los caballos, los nueve quintos invitaron al resto del pueblo a un refresco de sus casas antes de acudir al baile. Pero la fiesta no termina ahí, y hoy los protagonistas seguirán disfrutando su momento en una comida de hermandad entre quintos, padres y los autores de las relaciones. Mañana, martes, será la carrera del bollo en la que los nueve jóvenes pedirán la propina por las casas.