Ángel Martín Gómez, sociólogo zamorano, preside la Asociación Profesional de Sociología de Castilla y León (Socyl) desde su creación en el año 2015. Esta entidad sin ánimo de lucro reúne a sociólogos procedentes del ámbito académico, institucional y empresarial que con su trabajo desinteresado contribuyen a analizar la realidad social, económica o política de Castilla y León. Cambio climático o despoblación son parte fundamental de análisis y debates que promueven estos profesionales, así como el Barómetro Socyl, una encuesta periódica que estudia el comportamiento y opinión de los castellanos y leoneses. Hoy por hoy el único trabajo con rigor científico que refleja lo que piensa la sociedad.

-¿Qué motivó la constitución de la asociación Socyl?

-Primero es un pilar de divulgación de estudios, investigaciones y ensayos vinculados y relacionados con las ciencias sociales. Además tenemos una actividad establecida en Salamanca, "Jueves Sociológico", donde participan personajes y pensadores interesantes. Y promovemos actividades de divulgación en Zamora, Valladolid y Soria.

-Desde el punto de vista sociológico ayudan a generar debate sobre sus estudios, aunque muchas veces no gusten e incomoden las conclusiones.

-Partimos de la base de que las ciencias sociales no se ciñen solo de la Sociología; de hecho la asociación no es para nada corporativa, nosotros nos abrimos a cualquier persona que pueda estar interesada en las ciencias sociales, tenga o no nuestra titulación. La asociación la forma gente que viene de Historia, Bellas Artes o Economía porque no entendemos las ciencias sociales como un territorio exclusivo sino abierto a reflexionar entre todos en torno a lo que acontece, a los cambios que están ocurriendo. Aparte de la divulgación, nuestro objetivo es prestar asistencia, ayuda o formación a personas que trabajan en el ámbito de la Sociología. Y el tercer pilar es el de la investigación.

-El barómetro de opinión pública de Castilla y León es quizás la carta de presentación más clara y a la vez abre un campo de estudio muy útil para radiografiar nuestra sociedad.

-Sí, ya hemos realizado tres oleadas y la intención es tener una encuesta permanente, estable, que interpele a los castellanos y leoneses en relación a sus opiniones sobre la economía, la política, la sociedad, cultura o medio ambiente.

-¿Con la experiencia de esos análisis, qué inquieta más a la sociedad castellano-leonesa?

-Si vamos a la economía lo que hemos recogido hasta ahora es que los castellanos y leoneses entienden que la crisis todavía no ha sido superada o así lo perciben. Si vamos a la política preguntamos sobre los partidos políticos más valorados o los líderes; aunque partimos de la base de que todos suspenden, porque ninguno llega al 5. El más valorado es el PP seguido del PSOE. En relación a los líderes el más conocido y más valorado es Juan Vicente Herrera, con una calificación cercana al 6 a distancia del resto de líderes, que suspenden, y por detrás está Tudanca.

-Tiene cierta lógica porque son los dos líderes de los partidos mayoritarios ¿no?

-Pero también es verdad que en esa lógica, partidos como Podemos o Ciudadanos hasta ahora no acaban de ser valorados; no son muy conocidos aquí y la gente que los conoce no los valora.

-La encuesta sobre el cambio climático demuestra la gran preocupación de la sociedad, ¿acaso es consciente de que ya nos afecta en el día a día?

-Por los datos que tenemos la sociedad es consciente del principal problema que deberá afrontar en los próximos años. Cuando preguntamos por el tipo de energías más idóneas, los castellanos y leoneses apuestan por que las administraciones públicas implementen medidas para empezar a producir energías renovables. También vemos que no son favorables a los proyectos de minas de urano a cielo abierto y en el imaginario de todos está lo que está ocurriendo en Retortillo (Salamanca).

-En Castilla y León es difícil plantear cualquier análisis o debate sin mencionar el fenómeno de la despoblación, ¿cómo se observa desde el punto de vista sociológico?

-Los datos de Zamora no son nada halagüeños. En la medida que el medio rural envejece también van a ir envejeciendo lógicamente las cabeceras de comarca y después las capitales de provincia. Por otra parte hablamos de un tema de estructura por edades de la población, donde hay verdaderos desequilibrios. Pero eso no solo acontece en el medio rural, en Zamora o Castilla y León, es un fenómeno casi a nivel mundial. El problema es que estos desequilibrios son más grandes, más acuciantes, más dramáticos y más difíciles de revertir en el medio rural. La despoblación, el problema demográfico no es de hoy ni de ayer, lo hemos tenido ahí, como viéndolo pasar, pero ahora es cuando somos conscientes del drama.

-Si como usted ha dicho como, y sostiene mucha gente, las posibles soluciones llegan demasiado tarde, ¿entonces queda solo asistir a la muerte del moribundo?

-Las medidas que se han puesto en marcha hasta ahora, incluso bienintencionadas, están desunidas, deslavazadas, no ha habido una gran estrategia, que es lo que hace falta. El Gobierno de España ha puesto en marcha el "Comisionado para el reto demográfico" pero lleva un año desde que se creó y no se ha sacado nada en claro.

-¿Hay posibilidad de revertir la situación?

-Primero debemos saber que la situación es verdaderamente dramática, especialmente en los municipios que tienen menos de mil habitantes. Según un estudio de la Federación Española de Municipios y Provincias, 4.000 municipios de toda España están en riesgo alto o muy alto de extinción.

-¿Por qué en España no se mira hacia Finlandia o Escocia donde han puesto en marcha una red de universidades rurales o proyectos de turismo sostenible que empiezan a dar frutos, revirtiendo la tendencia demográfica negativa?

-Creo que se están siguiendo de cerca, tanto desde las administraciones públicas como desde las universidades. De hecho en el Senado recientemente se ha invitado a representantes de algunas de aquellas instituciones, pero es que en Escocia o en Finlandia estas medidas se pusieron en marcha hace más de 30 años.

-Cuando todavía el enfermo tenía curación.

-Y nosotros creemos que hoy sí hay posibilidades de cambiar la tendencia, pero giran en torno al modelo económico productivo. Hay una oportunidad si se produce un cambio del modelo económico y productivo.

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-Para esto necesitamos embridar este capitalismo neoliberal en el que estamos inmersos, que nos hace daño a todos y especialmente al más débil, que se encuentra en el medio rural. Y unimos ese cambio del modelo económico productivo con la necesidad de los cambios que vamos a tener que poner en marcha para frenar el cambio climático.

-¿Entonces ese modelo productivo respetuoso con el medio ambiente está vinculado al impulso demográfico?

-Nosotros creemos que deben ir de la mano. Cambios climáticos donde la mayoría de los territorios de Castilla y León presentan verdaderas oportunidades. Nos referimos a políticas de reforestación y por otra parte a una apuesta efectiva, real, por las energías renovables que no quede en agua de borrajas, y un cambio del modelo agrario-ganadero. Pero a su vez esto no es suficiente porque debería ir acompañado de medidas de tipo fiscal o de tipo redistributivo. Es decir, deberemos pensar en verdaderas ventajas fiscales para empresas de las zonas desfavorecidas.

-Hay quien ha llegado a plantear que se favorezca con una prima a las personas que se quedan en el medio rural.

-Efectivamente hay ejemplos en zonas desfavorecidas de España, como Ceuta y Melilla o Canarias. Melilla no tiene el IVA nuestro porque como son territorios que están fuera de la península tienen una serie de exenciones fiscales. Y por otra parte ya se están realizado pruebas en Finlandia en el sentido de otro tipo de fiscalidad que vaya unido a la renta básica. No decimos que sea la panacea, pero sí debemos empezar a explorar iniciativas diferentes porque lo que tenemos claro es que si queremos cambios debemos apostar por otras políticas. Con las mismas o con políticas de maquillaje, evidentemente el resultado no cambia, las zonas rurales seguirán envejecidas y la población más joven verá que sus oportunidades vitales no están en el medio rural sino en las ciudades.

-¿En el fondo no cree que las administraciones dan por perdido el futuro en el medio rural como lo demuestra el recorte en los servicios básicos?

-Es un círculo vicioso. Hay un modelo económico productivo que expulsa a la población porque identifica que no hay oportunidades vitales, laborales, sociales para vivir en su municipio rural y entonces se va. Y es el argumento perfecto para que la administración de turno diga que no puede dar los mismos servicios porque no son rentables.

-¿Pero es que deben ser rentables los servicios públicos?

-Es la gran pregunta. Es que probablemente no deban ser rentables, pero como recortamos en los servicios públicos a su vez la población que queda ve sus oportunidades todavía más menguantes. Es la pescadilla que se muerde la cola, con lo cual los pocos que se quedan vuelven a emigrar.

-¿Si continua ese desequilibrio, las ciudades tendrán capacidad para acoger a esta población y a su vez es soportable que el mundo rural quede despoblado?

-En las ciudades se recogerá a toda la población que queda. Debemos ser conscientes, y abrimos la ventana porque no es algo que esté ocurriendo solo en Castilla y León, es decir, el envejecimiento de la población es un fenómeno que ocurre en toda Europa. Las tasas de fecundidad, bien es cierto que las españolas son de las más bajas, pero la tendencia es general y las ciudades no van a tener que asumir a tanta población porque no la va a haber, o por lo menos las proyecciones demográficas así lo dicen.

-¿Y en el otro lado de la balanza, es soportable un medio rural deshabitado?

-Por supuesto que no y volvemos con el cambio climático, porque todo va unido. Hay un tema clave, los incendios o la fauna que ya lo estamos viendo. Y por otro lado está la custodia del territorio, es decir, necesitamos un medio rural vivo, habitado, cultivado porque debemos garantizar una custodia efectiva del territorio. Pero va unido a medidas como la reforestación de las que nosotros hablamos. Para eso debemos empezar a consumir de una manera diferente.

-¿Alguien les ha escuchado y tienen en cuenta estas propuestas?

-Nosotros vamos a los foros a los que nos invitan. Estamos hablando de un cambio real de política publica que no se ha efectuado en este país realmente nunca. De tener el valor político y la honestidad de plantearlo a nuestro medio rural, a los alcaldes y representantes, aunque no sea fácil. El cambio de política es a todos los niveles porque para salvaguardar nuestro medio rural y custodiar nuestro territorio deberemos preguntarnos si España debe seguir firmando los tratados de libre comercio a nivel internacional. Deberemos decir a nuestra población que va en contra de los intereses, no solo de los habitantes agricultores y ganaderos o empresarios del medio rural, sino que va en contra de nuestros intereses como país.

-Es lo que han votado nuestros representantes, algunos de los partidos.

-Así es, entre los parlamentarios europeos una parte de los españoles votaron en contra, pero otros votaron a favor o se abstuvieron, por ejemplo en el CETA (tratado económico entre Canadá y la Unión Europea). Entonces habría que decir, ahora recorred con honestidad el mundo rural, la España vacía, esa de la que tanto hablan, que les digan que emprendan en el medio rural cuando en realidad lo están condenando.

-¿Se aventura a dibujar un escenario para Zamora en un periodo de 25 años?

-No es algo homogéneo, deberíamos ir zona a zona pero está claro que el oeste lo tiene complicado. Por mi trabajo he recorrido todos y cada uno de los pueblos y solo hay que hacerse una pregunta; cuántas mujeres en edad reproductiva quedan en el medio rural, ahí está la clave y si en nuestros municipios no hay mujeres, evidentemente están condenados.