La sequía, con altas temperaturas y escasez de lluvia convirtieron al año 2017 en uno de los más prolíficos en incendios forestales con graves consecuencias para el ecosistema. El año comenzaba con un mes, enero, donde el tiempo frío y los vientos del Este contribuyeron a resecar la poca humedad que había en el ambiente convirtiendo la maleza y la hierba existente, mucha, en un auténtico polvorín. Prueba de ello es que en un mes de pleno invierno se produjeron un total de 32 incendios forestales en la comarca forestal de Aliste. En enero se dio otro caso inusual al mantenerse el termómetro durante más de 17 horas bajo cero.

Precipitaciones y temperaturas recogidas en la estación meteorológica de "María Pinta" de Alcañices por Tomás Castaño Fernández no hacen sino confirmar que sequía y falta de agua pueden convertirse a cierto plazo en un grave problema para la comarca. La falta de agua afectará a la siembra y riego de huertas pero también son muchos los pueblos donde la escasez de los acuíferos va a poner contra las cuerdas el abastecimiento domiciliarios durante el verano.