Con la ofrenda floral ante el monumento del pueblo viejo de Ribadelago y el responso del párroco, Miguel Ángel Fernández Orduña, se recordó a las 144 víctimas de la rotura de la presa de Vega de Tera, cuando se cumplen los 59 años de la catástrofe del 9 de enero del año 59. Con muchas ausencias y solo 25 personas, la cuarta parte del centenar residente en estas fechas en los dos pueblos, se ofició la misa en el templo del pueblo nuevo en un ambiente de recogimiento y de frío invernal.

Precisamente el frío y las condiciones de tráfico complicadas por la fina capa de nieve, pero helada, disuadieron a los más mayores de ir al templo. Incluso algún vecino pensó que no habría misa porque don Miguel Ángel se encontraba enfermo con una buena gripe. El párroco no faltó a su obligación en un día de gran simbolismo para el pueblo y los supervivientes de la catástrofe.

"Es el pueblo con el que más nos hemos volcado desde que yo estoy en la alcaldía", afirmaba el alcalde mayor, José Manuel Prieto Ramos, al finalizar los actos de recuerdo. Las quejas vecinales son generalizadas a la gestión de todas las administraciones, aunque Prieto detalló que los últimos planes provinciales del equipo de Gobierno anterior "la acera que se hizo para comunicar un pueblo con otro", y también los primeros planes provinciales de su mandato "para hacer la plaza". El presupuesto municipal "no se puede estirar" aunque confía en con la aportación de todas las administraciones "podamos hacer este año el aula de la memoria" y ubicarlo en el emplazamiento inicial, en el edificio del Albergue, cedido por el Ministerio de Hacienda.

Obras

El alcalde trasladó su deseo de que "este año tengamos el aula porque ya está hecha la memoria de las obras de 140.000 euros", propuesta presentada por la Asociación de Víctimas de Ribadelago. Prieto precisó que quiere trasladar personalmente el contenido de estas obras a la presidenta de la Diputación, recordando el compromiso de sufragar el aula de la memoria y que "es una cosa realizable y no como el que se presentó de 500.000 ó 600.000 euros que es irrealizable".

El Ayuntamiento de Galende recordará a la Confederación del Duero la deuda pendiente con el pueblo de Ribadelago "a la Junta y a todo el mundo que sea necesario, incluido Endesa, y el Ayuntamiento de Galende que, por muy mal que esté, no dejará de hacer su aportación".

Entre las personas que no ocultaban su decepción con el desinterés por este pueblo era el exconcejal y exalcalde pedáneo, Alfredo Puente, quien no hacía distinción de colores para evidenciarla falta de cumplimiento de todos los compromisos adquiridos hace 9 años.

Mucho cañón de luz, mucha carpa, mucha autoridad y muchas palabras en 2009 pero Ribadelago languidece por falta de atención e inversiones y el reclamo que supondría el aula de la Memoria para recoger el patrimonio de la asociación y el recuerdo a las víctimas. "Las víctimas desgraciadamente no las vamos a recuperar pero sí el patrimonio que está por ahí" en alusión a los fondos gráficos, documentales y materiales de la Asociación.

Mientras se suscitan polémicas como los detractores a la construcción del funicular en el plano inclinado en desuso cuyo impacto "lleva ahí desde el año 59". La pregunta que algunos vecinos formulaban ayer era saber qué va a pasar el próximo 9 de enero cuando se cumplan 60 años de ausencia de los 144 vecinos que perecieron con la rotura de la presa. El alcalde lo tenía claro "el titular es que vinieron a venderlo eso día, a ilusionar un poco a la gente y se olvidaron de todo. Las mejoras para Ribadelago están durmiendo el sueño de los justos y nadie más se ha vuelto a acordar".