Aliste y Alba mantienen vivas sendas tradiciones donde el fuego es el protagonista del cambio de año en tres vertientes diferentes: alumbra con sus llamas la noche, da calor a los presentes y sus brasas permiten dorar y asar las más sabrosas viandas caseras de la última matanza, allá por San Martín (el día11 de noviembre) y que sirven de primer alimento de la tierra del año al cuerpo.

La villa de Carbajales de Alba recibía el Año Nuevo con la tradicional "Güera" (hoguera) de Nochevieja que, como manda la tradición, fue encendida a las 12 de la noche de 2017 en la Plaza Mayor, junto a la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, por los quintos que este año fueron tres chicos y tres chicas: Cristina Varela Galán, Alba López Mezquita, Raquel Llamas Campos, Aitor Sánchez Domingo, Fernando Martín Ferrero y Santiago Alcaraz García. Ellos fueron los encargados de acudir al monte con sus familiares a cortar y recoger la leña. Al calor de la lumbre los carbajalinos y carbajalinas despidieron al año viejo y recibieron al nuevo.

En el pueblo de Sejas la llega del Año Nuevo se conmemoraba con el tradicional "Toco" en la Plaza Mayor que cruza el río "La Ribera". Cada día de Nochevieja los vecinos mantiene la tradición de acudir al monte a cortar leña de encina, troncos y ramas, que dan vida a la lumbre del cambio de año. A la vera del fuego reino la convivencia y la hermandad y también la degustación de chorizos de la última matanza asados a la brasa.