La guardería municipal de Roales despidió el trimestre con una visita muy especial, la de Papá Noel, que saludó y dio un regalo a cada uno de los 28 alumnos del centro. La falta de espacio para acoger en el actual edificio a todos los niños y a sus padres y madres obligó a trasladar la fiesta, organizada por las dos profesoras, al bar de la piscina, donde los mayores pudieron compartir unos canapés y desearse una feliz Navidad y un próspero año nuevo.

La presencia del invitado, que vino desde el polo norte para conocer a los niños de Roales, no dejó indiferente a ninguno de los pequeños, aunque las reacciones provocadas por su llegada fueron de lo más variado, desde el asombro de algunos que no se podían creer su suerte al conocer al mismísimo Papá Noel en persona, a los sonoros llantos de algunos de los más pequeños.

Todos recibieron, además de algunos juguetes, un bonito guardapijamas hecho a mano. Una bolsa de tela con forma de ranita para colgar junto a la cama, que sirve para meter el pijama doblado cada mañana hasta la noche siguiente.

Las dos profesoras del centro hicieron las gestiones oportunas para que Papá Noel se acordara de visitar Roales y para que tuviera regalos suficientes para todos los niños de la guardería, para ello contaron con la inestimable ayuda de otro empleado municipal. No es la primera vez que las dos cuidadoras organizan actividades extraordinarias, fuera del horario de la guardería, en fechas especiales, como la Navidad el final del curso.