La población de Venialbo celebró ayer la histórica celebración del Baile del Niño con solemnidad y gran brillo, tratando de demostrar que es una festividad "que identifica" a la localidad y digna de declararse de Interés Turístico Racional.

En este empeño trabajan el Ayuntamiento y los habitantes que ya tienen casi culminado el pertinente expediente sobre un ritual que, según afirma el alcalde Jesús Vara, data de la época romana.

Es una fiesta invernal puramente religiosa, de adoración al recién nacido, que nada tiene de semejante con las tribales mascaradas organizadas en estas fechas por diversos pueblos de la provincia.

Como viene siendo habitual, en esta ocasión los campaneros Vidal Casado y Tanis convocaron a golpe de badajo a los habitantes a participar en los actos. Para prestigiar la fiesta, no faltaron los trajes típicos ni las mejores galas.

Los oficios religiosos corrieron a cargo del sacerdote Manuel Salvado, que estuvo acompañado por cuatro párrocos de los pueblos de alrededor dando así a los oficios una mayor entidad. Realmente emotivo resultó el momento de las ofrendas con el protagonismo de los niños más pequeños, que hicieron entrega juguetes, libros, pan, vino y productos de la tierra. Dos danzantes transitaron por el pasillo central al hacerse las ofrendas ambientados con la música de Modesto González. Para mayor gloria, el coro local participó con acompañamiento de voces masculinas en los cánticos religiosos.

El momento estelar tiene lugar durante el desarrollo de la procesión del Baile del Niño, desde la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción hasta la ermita del Cristo de la Vera Cruz, emplazada en la zona alta de la localidad.

Es una marcha fatigosa para los danzantes, que deben caminar hacia atrás para estar siempre de cara del Niño, portado en andas. Son unos 700 metros de recorrido que también acompaña la música de tamboril y flauta de Modesto.

El protagonismo de la danza corrió este año a cargo de Loredana Mariana Apan, Alba María Garretas Pozo, Mirian Garretas Sánchez, Marcos Hernández Almeida, David Hernando Lorenzo, Jaime Hernando Lorenzo, Doru Mircea Apan, Lucía Sánchez Rodríguez , Itziar Garretas Garretas, Gabriela Sánchez Galán y Sheila Hernando Antruejo, vestidas de riguroso traje regional para realzar al máximo la festividad de San Juan Evangelista, declarada como fiestas local. El alcalde Jesús Vara hace referencia al cambio de los tiempos, con un recorrido que ahora está asfaltado y permite vestir con elegancia a unos tiempos pretéritos con un trayecto de barro en estas fechas invernales.

Al regreso a la plaza de la Iglesia, de Los Negrillos, tiene lugar el denominado baile del "floreo", de gran vistosidad. Una pareja va sacando uno a uno a los danzantes hacia el centro.

En este lugar, Gonzalo García, natural de Argujillo, recitó una poesía en honor a Venialbo y el sacerdote también tuvo un recuerdo por los fallecidos. El Ayuntamiento colaboró con la financiación de un aperitivo español para todos los participantes y destaca la brillantez y el significado de la festividad de San Juan Evangelista, con el tradicional Baile del Niño.

Efectivos de Protección Civil realizaron ayer la labor de control del tráfico de vehículos durante la marcha de la procesión por la carretera.