Los quintos de Fuentespreadas plantaron ayer cara a la desapacible tarde que se presentaba contando en clave de humor el almanaque local a base de historias graciosas que han tenido lugar a lo largo del año sin olvidarse de la crítica política y social que animaba el ambiente en la plaza mayor donde se daban cita familiares amigos y forasteros para disfrutar de la entrañable fiesta con fecha fija 26 de diciembre

Moisés Gutiérrez, Daniel Gallego, Roberto de Arriba y Ángel Andrés eran los cuatro quintos que retomaban este año en Fuentespreadas la tradicional carrera del gallo o carrera de cintas. Un acontecimiento que quedó suspendido la pasada edición al haberse juntado los mozos a quienes correspondía hacer la quintada con los del año anterior, dejando vacía la escenificación de tan típica costumbre que protagonizan los jóvenes montados a caballo, ataviados con traje de campaña militar y mantón de Manila y leyendo las relaciones que en tono satírico y con gracejo leían ayer dando cuenta de los momentos estelares que se han vivido en el pueblo

Como es costumbre cada quinto había buscado a su cronista particular para escribir las estrofas que conformaban las largas relaciones antes de dar paso al reparto del gallo, entregando de forma simbólica las partes más nobles del ave a la familia.

A media tarde eran las familias de los jóvenes que estrenaban la mayoría de edad públicamente quienes convidan a los vecinos a un aperitivo en una jornada que concluía con la verbena nocturna.