Ch. S.

Valer de Aliste y Riofrío se han convertido en 2017 en los únicos pueblos de la comarca natural de Aliste, Tábara y Alba que han logrado mantener un río con aguas en cascos urbanos. El milagro en año de sequía ha sido gracias al Frío que nace en la "Fuente de Moya Pan" en la Sierra de la Culebra, entre los términos de Ferreras de Arriba y Sarracín. Sus aguas, con la llegada del otoño llegaron hasta Gallegos del Río donde se produce una curiosidad: el Aliste, que aún está muy lejos, corre un tramo hacia Domez, gracias al Frío. Valer cuenta con la particularidad de ser el pueblo alistano que cuenta con más ríos cruzando sus termino: el Frío, el Espinoso procedente de Campogrande, el Aliste que cruza por la Aguilera y el Cebal que se une al Aliste en La Raya de Fradellos, Flores y Valer en "El Poyal". De los cuatro están secos tres.

La situación más complicada la vive el río Cebal que ya estuvo seco desde mayo de 2016 hasta febrero de 2017 y ya nunca logro recuperarse de su caudal llevando seco actualmente diez meses: desde finales de marzo. Su único acuífero es la "Fuente Fidionda" de Grisuela con lo cual si no llueve está condenado, aunque antes solía recuperarse de noviembre a mayo. Las sequía del Cebal puede traer a corto o largo plazo graves consecuencias para la preservación de una de las especies más emblemáticas de la comarca: el barbo común. Sus aguas son las preferidas por los barbos para poner sus miles de huevos que allí eclosionan llegando cientos de ellos a la edad adulta en el embalse del Esla. Viven alrededor de 11 años y cuando legan a los tres los machos y los cinco las hembras alcanzan su madurez y regresan al Cebal para reproducirse. Un ciclo de la vida durante siglos a punto de romperse.