Los vecinos de Aciberos sufren atónitos las dimensiones y la expansión que alcanza una plaga de "pulgones" que comenzó a aparecer hace una semana en los castaños del pueblo pero que ha afectando a todo tipo de vegetación y arbolado.

Uno de los primeros puntos donde se detectó la presencia de las primeras colonias fue en el arbolado del paraje de la Era del Molino para luego propagarse por el Salgueiro y extenderse al resto de la vegetación.

Todavía no se sabe qué tipo de insecto es el que se apodera de todo pero todos lo residentes de la localidad los asocian a los pulgones, aunque de un color más amarillento.

Aparentemente se trata de insectos hemípteros que parasitan en las hojas de los castaños, donde se concentran alrededor de las nervaduras. Los pulgones se han propagado sin freno alguno a las hojas de roble, zarzas y hasta en las ortigas, como señalan los afectados.

Forman grandes colonias que son visibles en los sitios más insospechados como son estacas de madera utilizadas para los cerramientos, postes de hierro, pellizos, castañas, alambradas.

Los vecinos han podido comprobar cómo y la rapidez con que crecen las colonias desde el momento en que se detecta uno solo de estos insectos en una hoja o en las yemas de las plantas.

La actividad de estos parásitos de las plantas también sorprende a los vecinos, ya que los seis grados bajo cero registrados en Aciberos el pasado martes no terminaron con los diminutos bichos, sino que sufren una especie de letargo del que despiertan a medida que suben las temperaturas diurnas.

En estos momentos, entre finales de noviembre y comienzos de diciembre, se generaliza la caída de la hoja, por eso la plaga no ha pasado desapercibida porque no es una época en la que se multipliquen este tipo de insecto.

Los vecinos que pasan por las zonas afectadas también han comprobado que en pocos minutos se encaraman a zapatos y si uno se descuida a las propias ropas ya que están ampliamente extendidos por el suelo.

La plaga afecta por igual a los ejemplares plantados recientemente, como a árboles vetustos y longevos, como es el caso del milenario situado en la plaza de Santa Ana, dentro del casco urbano.

Es difícil cuantificar el número de castaños que hay en las tierras del pueblo, pero se superan con creces el millar de ejemplares, y los más cercanos al casco urbano están afectados de lleno, con lo que no descartan un contagio exponencial de la masa.

El mayor temor de los habitantes de Aciberos es que "se sequen los árboles" a consecuencia de tanto episodio negativo, ya que buena parte de los terrenos baldíos del pueblo se reforestaron para mantener un aprovechamiento, con el coste que ello supuso de limpieza y mantenimiento de las fincas, como constatan algunos de los vecinos residentes.

Una labor que ha supuesto un coste económico para los propietarios de terrenos y arbolado, además de ser una masa que tenía pocos problemas con otras enfermedades del castaño.

Entre las hipótesis que barajan los residentes no se descarta ni la sequía ni los incendios porque ni en primavera ni en todo el otoño se detectó su presencia en la foresta.

Hasta el momento no se ha informado a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León de la presencia de estos parásitos de la vegetación, para determinar su origen o las circunstancias que han provocado su crecimiento.

Los vecinos de Aciberos no han aplicado ningún tipo de insecticida o similar para frenar la propagación de las colonias de estos diminutos insectos hemípteros que, a primera vista, no se ve que practiquen la defoliación ni grandes agujeros en las hojas.