Ana Blanco Rábano, "Annblanbe", es la primera "influencer" zamorana en el campo de la moda, con 17.500 seguidores en la red Instagram. Está afincada en Barrio de Lomba, un pequeño pueblo de la comarca sanabresa. Licenciada en Derecho y especializada en Propiedad Intelectual y registro y seguimiento de marcas internacionales, llegó por casualidad a esta profesión emergente. Las marcas de moda están cambiando el planteamiento de publicidad y cada vez se invierte más dinero en contratar y colaborar con "influencers" que suben las fotos con las prendas de ropa o complementos a las redes.

Su reto inminente es organizar una quedada con sus seguidores en la plaza Mayor de Puebla y preparar una sesión con fotógrafos profesionales. Ana Blanco destaca, al hilo de que Puebla es uno de los Pueblos más bonitos de España, que "el medio rural es el gran desconocido y tiene muchas posibilidades". Estas posibilidades no son solo para las marcas de ropa sino para todo tipo de productos y servicios desde hostelería hasta alojamientos.

Desde Barrio de Lomba Ana Blanco cuenta cómo llego a su nueva profesión. Un problema puntual de salud le obligó a dejar temporalmente su trabajo y regresar, en el mes de mayo, con su familia a su casa sanabresa. Es obligado mencionar a la familia porque sus padres, Francisco Blanco y Belén Rábano, son su apoyo aunque las redes sociales son algo muy nuevo para ellos. Francisco Blanco destaca "la humildad" de Ana. Ella destaca de su padre los consejos de la "visión empresarial y la experiencia".

Ana pone y trasmite la pasión en las 25 "stories" que cuelga a diario, desde primera hora, cuando saluda a sus seguidores. El día a día y las pequeñas historias de lo cotidiano es lo que atrae al público.

Una de las primeras fotos que subió a la red social fue precisamente en un viaje de vuelta a Sanabria desde Oviedo. Fotografió unas gafas que había comprado con un comentario agradable. Poco a poco fueron subiendo sus seguidores, fundamentalmente a través de su amplia red personal, ya que ha viajado por diferentes países.

Una empresa de publicidad en Internet se fijó en su perfil y le propuso colaborar con diferentes marcas de moda, algunas muy conocidas y otras pequeñas empresas que hacen su propia moda. Uno de los primeros encargos fue para la marca "Lacasitos" para la que realizó varios vídeos y fotos abrazando un bote gigante de la marca, desde la Gran Vía madrileña. A través de su perfil se organizan concursos, ahora tiene en marcha uno de fotografía, una de las propuestas que más gusta a sus seguidores. En una quedada en Madrid con sus seguidores acudió la representante de una marca de moda italiana interesada en su perfil. Las pequeñas tiendas y las pequeñas marcas también tienen grandes posibilidades con este tipo de publicidad. En una ocasión organizaron un concurso para sortear una prenda de una marca pequeñas y consiguió vender 300 modelos.

Aunque a veces tiene que trasladarse a diferentes ciudades, los clientes están saturados de perfiles con ciudades como escenario y buscan lugares nuevos. El espectacular escenario medioambiental de Barrio es una ventaja y ayuda a despegar. Sus seguidores se reparten por todas las comunidades, aunque en Andalucía y la provincia de Granada es donde tiene más seguimiento. Su Instagram tiene presencia en Madrid, Navarra, Córdoba, Coruña, e incluso de Turquía y Brasil (Río de Janeiro).

"Es un mercado muy competitivo y es muy difícil subir seguidores" reconoce Ana. El hecho de ser una persona normal, no ser un estereotipo de la moda con unos cánones perfectos es lo que engancha a sus seguidores "no soy una modelo, ni pretendo serlo". Es muy difícil igualar a las grandes "influencer" que llevan como ventaja ser actriz, modelo, el apellido o ser la pareja de?

Su alternativa es sumar colaboradores y aumentar conjuntamente el número de seguidores, abarcando todas las edades, desde jóvenes a mayores. Lo define como hacer "el equipo Annblanbe". Parte de este equipo con el que colabora son los fotógrafos Rocío Elena de Cobreros, Julio Embun de Navarra y Pablo Urba de Madrid.