Hacía siete años que no se celebraba ningún bautizo en la pequeña localidad de Sandín, en el municipio de Manzanal de Arriba, en la comarca de La Carballeda. Fue el pasado domingo cuando la parroquia de Santiago Apóstol vio cómo el agua de su pila bautismal caía por la cabeza de las pequeñas Jimena y Elvira Juanes Redondo, dos gemelas cuyos sus padres, Javier y Yolanda, quisieron darles la introducción en el cuerpo de la iglesia en la pila bautismal del pueblo de sus antepasados.

El hecho entra el capítulo de grandes acontecimientos sociales en una pedanía que cuenta con apenas 27 personas empadronadas, que con los fríos del invierno apenas se quedan en seis o siete vecinos. Una ceremonia que siguieron con atención y alegría, e incluso emoción, no solo padres y padrinos sino también todos los vecinos del pueblo.