La vecina de Mahíde, Micaela Domínguez Bazal, celebró ayer el siglo de vida rodeada de hijos, nietos y biznietos, y en una atmósfera familiar marcada por la felicidad. Fue una mujer ligada al campo durante toda su existencia, ejerciendo el pastoreo hasta casi los 95 años. Fue un cumpleaños memorable para una mujer que mantiene la mente en plenas condiciones y que todavía sigue "mandando en casa" como prueba que los hijos quisieran celebrar la efemérides el domingo pero ella impuso el festejarlo "el día que tocaba". El Ayuntamiento le regaló una bufanda y una bata.