Al calor de la hoguera en la que se asaban decenas de kilos de ricas castañas disfrutaban y convivían el fin de semana los vecinos de Casaseca de las Chanas hermanados en el popular magosto que organizaba la asociación cultural de la localidad, con la colaboración del Ayuntamiento y de la Diputación Provincial de Zamora.

Aunque en esa tierra abundan más las vides que los castaños, un magosto es una buena excusa para dar vida al pueblo en otoño y pasar una buena tarde entre la alegría de la música tradicional, el olor de la lumbre y el reconfortante sabor de las ricas castañas asadas, aunque tengan que ser compradas.

Además, los vecinos de Casaseca de las Chanas demostraron muy buena maña, de categoría profesional, a la hora de preparar el fruto del otoño. En el característico asador, un cilindro agujereado al que voluntarios del pueblo se turnaban para darle manivela, lentamente se asaba el producto con el calor de las brasas de leña que dejaban un característico olor en las calles que llamaba a participar en la fiesta a quienes aún no se habían animado a salir de sus casas.

La plaza del pueblo era el lugar de la cita en el que se fue congregando el vecindario en torno a la lumbre. El ágora también vibró con los sonidos de viento y madera que producían los músicos de la Asociación de la Banda de Cornetas y Tambores de Arcenillas, el pueblo vecino, que animaron con sus marchas una tarde, la del sábado, que a pesar de ser en pleno otoño trajo a Casaseca una temperatura casi primaveral.