La organización agraria UPA estima en "más del 80%" las pérdidas en la recogida de castaña en la comarca de Sanabria por la climatología y por la fauna. El representante de UPA en Sanabria, Pedro Fernández San Román, señaló que además de "descender la producción por falta de agua, las pocas que caen son comidas por la fauna, ciervos, corzos, jabalíes, ardillas y todo tipo de roedores que este año no han podido comer bellota porque prácticamente no ha habido".

La fauna está a diario en las zonas de cultivo pese a los elementos disuasorios que se instalan, cintas, botellas, cuerdas, espantapájaros. "A cualquier hora que vayas están allí, de día los ciervos y de noche los jabalíes", denuncia el representante agraria. De una cosecha media de 2.500 o 3.000 kilos en campañas anteriores, se ha pasado a recoger "entre 400 y 500 kilos, si es que llegan".

El suelo de los castañales está cubierto de pellizos sin abrir, hojas y cáscaras que pelan los cérvidos, que incluso mordisquean frutos que no comen y quedan inservibles "encima son exquisitos" ironiza Fernández. El representante comarca de UPA señaló que si un ganadero no alimenta a su ganado se le condena por un delito de maltrato animal. "Consideramos que la Junta de Castilla y León no está tomando las medidas correspondientes para alimentar a la fauna, en un año de extrema sequía y escaso alimento en el monte. Y como siempre la falta de previsión la pagamos los habitantes del medio rural". Los daños se han acumulado desde la primavera en plantaciones de maíz, alfalfa, repollos, patatas, acelgas "la fauna hambrienta arrasa con nuestras cosechas".

La calidad de la castaña también ha descendido y acorde con los precios. Al no tener suficiente agua por la sequía "el fruto es pequeño y con bichos". La baja calidad rebaja el precio de 1,35 euros el kilo a comienzos de la temporada, a los 0,90 euros actuales. Las heladas de estas semanas darán al traste con las castañas que quedan y que no se han recogido.

Pedro Fernández subrayó que muchas economías familiares "depende de estos ingresos porque la mayor parte de los residentes son jubilados por el régimen agrario y cuyas pensiones son las más bajas de la Comunidad y de toda España". Algunos hogares necesitan de estos ingresos "para comer y pagar facturas, porque nadie se acuerda de la pobreza en el medio rural".

Las heladas de la primavera, prácticamente en el mes de julio, arrasaron el 100 % de las floraciones en los árboles frutales como el cerezo, los manzanos, los perales y las guindas, además de afectar a la floración del robledal. El caso más crítico ha sido el de los árboles nogales, con una producción de nueces prácticamente cero y con importantes daños en el propio arbolado, al peligrar que se sequen numerosos ejemplares.

Las heladas también terminan con las escasas esperanzas de recogida de setas, que ha sido nula en el territorio y que reportaba ingresos para todos los residentes, y especialmente para las economías más desfavorecidas, pensionistas y parados.

Las altas temperaturas del verano también dieron al traste con los productos más sensibles al calor, eso sí este año ha habido buena cosecha de tomates y calabazas, y en algunos puntos hasta sandías y melones, unos frutos muy exigentes de calor.