Agentes del Servicio Especial de Protección de la Naturaleza y el Grupo Especial de Actuaciones Subacuáticas de la Guardia Civil participaron esta semana en el curso de Formación del personal de las administraciones, bajo el título "La responsabilidad de conservación de los lagos", dentro del programa de Control Limnológico del Lago de Sanabria, desarrollado en salón de actos del Castilllo de Puebla.

La técnico de la Comisaría de Aguas de Confederación Hidrográfica del Duero, Noemí Hernández García, explicó la normativa sobre el control del estado en las masas de agua y los programas de seguimiento de lagos en esta cuenca, de los que cinco lagos son de montaña, y tres de ellos están situados en la comarca: Lago de Sanabria, Lacillo y Sotillo.

Los lagos de la comarca están dentro de los parámetros establecidos en la Directiva Marco del Agua, que determinan el buen estado ecológico y el buen estado químico de las aguas, como apuntó la experta, que detalló los puntos de control y tipos de parámetros que se analizan.

En periodos de sequía e incendios, como los de la pasada campaña de verano, hay una exención de evaluación del estado de las aguas ya que los resultados van a ser negativos, aunque se efectúa un seguimiento de incidencias como el que se está realizando actualmente en los ríos Eria, Truchillas (León) y Trefacio en Sanabria. CHD realizó un seguimiento tras las consecuencias en la red de abastecimiento de Galende y Puebla, como consecuencia del arrastre de cenizas y lodos al curso del Trefacio tributario del Tera.

Los agentes plantearon preguntas como el control de vertidos en la Lago de Sanabria. La respuesta es que en estos momentos "no hay ningún vertido directo" ya que todas las aguas pasan por depuradoras o fosas sépticas como Vigo o San Martín, o al terreno como los camping. Los vertidos se producen aguas arriba, en el río Tera, procedentes de los núcleos urbanos de Ribadelago, y en ese caso pasan por la depuradora. Las ruedas de gran tamaño que se han extraído del lago proceden de las competiciones piragüistas que instalaban estas ruedas para evitar los golpes de las embarcaciones.

La presencia del mejillón cebra, una especie invasora en la mayor parte de las cuencas de la vertiente mediterránea, y especialmente en la Cuenca del Ebro, no se ha detectado en esta zona.

Miguel Alonso García-Amilivia profundizó en la funcionalidad de los humedales y su estudio limnológico, especialmente en el estado oligotrófico del Lago de Sanabria. A preguntas de los agentes explicó la aparición de las espumas en el Lago y la posible diferenciación de espumas de origen antrópico. Las espumas, como las que aparecen en el Lago y origen de polémica, son un fenómeno muy frecuente en los lagos por la conjunción de varios factores, las excrecencias de algas, fuertes vientos e isolaciones elevadas. Su coloración, en ocasiones amarillenta, es por el polen. Estos mismos fenómenos se han detectado en las lagunas de la sierra, donde no hay presión humana.

El biólogo José Carlos Vega abordó la monitorización del Lago y el estudio de sus comunidades bióticas, aunque centró el interés en los caudales que llegan al Lago, 2,5 hectómetros cúbicos están sin regular, mientras que 6,8 hectómetros cúbicos están regulados por la empresa hidroeléctrica Endesa. Se ha llegado a un acuerdo para que se mantenga durante un caudal en verano y mejorar la calidad del agua.

Esta regulación limita las lluvias torrenciales del invierno y evita el fuerte estío del verano, según Vega que apuntó que esta regulación hídrica es beneficiosa. El problema más grave de la cuenca es la falta de precipitaciones de nieve, sigue nevando pero la nieve no aguanta los tres o cuatro meses que permanecía en la sierra, que es necesario para mantener el agua en el subsuelo, ya que no hay una capa freática importante al tratarse de suelos someros. La temperatura del Lago es otro de los datos preocupantes, ya que la máxima temperatura es de entre 20 y 22 grados y este año ha subido a 24 grados.

En representación de la Universidad de Salamanca, Ana Negro, presentó una selección de la amplia diversidad de comunidades bióticas que proliferan en el Lago. El investigador Javier Morales cerró las conferencias resumiendo las presiones humanas sobre estos ecosistemas y la prueba práctica de los tubos de turbidez, con las cenizas recogidas en las orillas del Trefacio, que a escasa profundidad impide la visibilidad, y el disco de Secchi que se usa habitualmente. Morales puso en alerta a los agentes sobre la presencia de especies invasoras como la gambusia o la necesidad de limpiar en profundidad los equipos de buceo fuente de transporte de especies invasoras entre diferentes masas de agua.