La entrega de los premios del concurso gastronómico fue el colofón a una mañana extraña en cuanto al tiempo, hasta calurosa por momentos, para desesperación de agricultores y ganaderos, pero que sin duda favoreció la presencia de público hasta abarrotar la plaza. Estaban los propios saucanos que gustan de revivir esta Feria de los Santos, y muchos vecinos llegados de los pueblos de La Guareña, dispuestos a darse una vuelta por los puestos, comprar alguno de los muchos productos y artículos expuestos y después degustar el típico pincho de bacalao por los bares.

Así era la costumbre de antaño y así lo recuerdan los mayores, que ayer se detenían especialmente en los puestos de aperos tradicionales, aquellos que les recordaban a sus años mozos, cuando se araba con los bueyes, se hacía la matanza, el pan en casa o se pesaba a mano. Y encontraron su pequeño paraíso entre cántaros, yugos, artesas, arados, trillos, fanegas, palas, horcas o cantarillas. Lo exponía por primera vez Antonio Costillas, un veterano coleccionista que lleva "toda la vida" restaurando antigüedades.

"Cuando van a tirar una casa me avisan" contaba sobre su manera de reunir tal cantidad de piezas, entre 600 y 700. Ayer expuso una pequeña muestra, con una puerta del siglo XVIII entre sus propiedades más preciadas.

Otra de las novedades era el puesto de la Junta Pro Semana Santa, que reúne a las cofradías saucanas. Y al lado las veteranas de la Coral Saucana vendiendo dulces y castañas, además de participaciones de lotería para reunir fondos que después destinan a las necesidades que surjan en el pueblo o a ONGs, contaba su secretaria, Candi Vázquez. Puestos Asprosub y la Asociación de Mujeres con sus talleres; llamaba especialmente la atención el de encaje de bolillos, con verdaderas obras de arte. "Este es que te guste y tener paciencia" revelaba Manoli Hernández mientras manejaba los bolillos con admirable maestría.

Ella es una de las aproximadamente 250 socias que forman la Asociación de Mujeres de Fuentesaúco que preside Marisa Losa. Una agrupación dinámica con sus talleres, excursiones, cursos. "Tenemos que entretenernos porque sino el pueblo está muy tristón y en casa la tele nos come el coco" contaba mientras repartía cazuelitas de garbanzos cocinados en el comedor social.