Por su pequeño volumen no ocupan mucho espacio, pero es tal la cantidad de material que se utiliza en las explotaciones ganaderas -se calcula que 30 metros por cada paca de paja- que las cuerdas constituyen uno de los residuos más importante de la actividad pecuaria. ¿A dónde va a parar todo ese material, por otro lado muy contaminante?.

"Cada uno se busca la vida como puede, pero generalmente cuando sale un día de niebla o si llueve se queman" admite un ganadero. Una práctica muy generalizada pero nada edificante desde el punto de vista medioambiental, pues la quema de estos mazos de cuerdas generan "un humo negro muy contaminante" apunta desde la guardería medioambiental.

No menos grave resulta cuando ni siquiera se tiene ese celo por recoger las cuerdas, apareciendo abandonadas por campos y praderas y convirtiéndose en uno de los peores enemigos para las aves, especialmente especies como las cigüeñas. No es muy lejano, ni aislado, el caso de un pollo de cigüeña localizado mientras se realizaba un trabajo de anillamiento en un nido de Pasariegos. La zancuda tenía una de las patas necrosadas al quedar anudada la extremidad.

Otra alternativa es el reciclado de las cuerdas para sujetar las plantas de los huertos, cercar fincas o atar cerrados de las cortinas. En pueblos donde la ganadería es residual, las cuerdas son codiciadas por el vecindario para tales menesteres o atar la leña. A pesar de que las cuerdas se degradan con el sol y el contacto con la piel puede ser muy abrasivo.

Ya hay intentos de abordar este problema medioambiental en una comarca como la de Sayago, eminentemente ganadera y por tanto generadora de un importante volumen de residuos derivados de la actividad pecuaria. La Mancomunidad Sayagua ha puesto en marcha un servicio de recogida de cuerdas, mallas, plásticos de ensilar o sacos de rafia, papel y plástico que los ganaderos deberán depositar en los contenedores habilitados para cada residuo.

A diferencia de lo que ocurre en la cercana Manconumidad salmantina de Ledesma, al otro lado del embalse de Almendra que es pionera en este servicio con la recogida del material en las propias explotaciones, en Sayagua son los ganaderos los que deben transportar el material a los contenedores habilitados en la sede de la Mancomunidad, en Bermillo. Eso sí, las cuerdas "limpias y sin mezclar".

A pesar de que el servicio se puso en marcha a finales de junio, el desconocimiento es general entre el sector. Ganaderos consultados por este diario no sabían de esta posibilidad. "Yo he estado quemando (las cuerdas), sabiendo que igual me meto en un lío con los de Medio Ambiente, pero no nos daban tampoco alternativas, a ver qué hacemos con ello; si se que funciona esto lo hubiera llevado" expresaba un productor de ovino consultado. Otra ganadera admitía igualmente no conocer esta alternativa, afirmando que en su caso se deshacía de las cuerdas "tirándolas a los contenedores". Y hay quien sabe del servicio a través del tablón de anuncios del Ayuntamiento, pero no lo ve muy viable, tal y como está planteado.

"Además de reciclar adecuadamente estos residuos, también debería incidirse en la sensibilidad medioambiental. La Mancomunidad debería trabajar también con esto y no limitarse a poner un cartel, que mucha gente ni ha visto y ni se sabe para qué" explica otro vecino consultado por este diario. La falta de concienciación y sensibilidad con todo lo relacionado con el cuidado de la naturaleza es uno de los grandes desafíos por los riesgos que generan actitudes que se consideran "tradicionales" pero que general un impacto muy negativo en el medio ambiente.