La apuesta de futuro es compatibilizar "la coexistencia" del lobo y de la ganadería al sur del Duero, que los costes de sus tropelías corran a cargo de la sociedad, que haya una mayor implicación de los ganaderos a la hora de adoptar medidas de prevención de ataques y que la Junta de Castilla y León pueda intervenir para eliminar ejemplares "conflictivos" sin verse una y otra vez en el Juzgado.

Responsables de la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea, acompañados de técnicos y agentes medioambientales de la Consejería y del Servicio de Medio Ambiente visitaron ayer la explotación de ovino de Eduardo Herrero, de Fresnadillo de Sayago, y seguidamente la explotación de Felipe García, de San Miguel de la Ribera, para conocer in situ el asentamiento del lobo al sur del Duero, el manejo del ganado doméstico y la conflictiva coexistencia del sector ganadero y el predador, con especial calado la ganadería extensiva.

No está en juego la modificación de la Directiva Hábitats y la declaración del lobo como especie cinegética, que pretende la Junta de Castilla y León, pero sí la aceptación en Europa del control de ejemplares "problemáticos", que ahora lleva a cabo la Junta a través de la patrulla lobo y es motivo de constantes denuncias por parte de los conservacionistas por abatir una especie protegida.

El ganadero sayagués, Eduardo Herrero, que ha sufrido la pérdida de 54 animales en los dos últimos años, recibió a la comitiva en pleno campo, con un rebaño integrado por 500 ovejas churras desparramadas por entre matizos y encinas que, a falta de alimento, desfilaban como rayos. "Subsisten con cuatro hojas, cuatro hierbas y cuatro bellotas que encuentran" expresa el ganadero, instalado sobre un roquedo del pago Calabazas; un montículo granítico salpicado de cubetas inundadas de agua, una de ellas manantial, donde corre un viento que corta el aliento.

"Tengo confianza en que cuando vean la realidad haya un cambio y se haga un mayor control del lobo" expresa, al tiempo que señala "la cuerda" que suele recorrer el lobo para cebarse en el ganado. "Este cambio lo tienen hecho porque la Junta no quiere estar todo el día en el Juzgado" manifiesta.

De tiempo en tiempo suena un cañonazo. Y es que este estampido es el sistema que tiene implantado para ahuyentar al cánido. A la vista aparece Luelmo, cuyos ganaderos viven un calvario lupino similar.

Poco después de las diez de la mañana recibe a técnicos de la Comisión Europea Humberto Delgado y Noelia Vallejo, que llegan acompañados por el jefe de espacios protegidos de Zamora, Jesús Palacios, por representantes del Ministerio de Medio Ambiente, Miguel Castroviejo y Miguel Aymerich, técnicos del Servicio de Valladolid y Ávila, y agentes medioambientales de la zona.

Sobre el terreno hace especial hincapié en que, debido a la presencia del lobo en el lugar, tiene que pasar todo el día en el monte sin posibilidades de dejar el ganado solo, como anteriormente, y dedicándose a otras labores agrícolas como arar y sembrar las fincas. "Aquí estoy todos los días y todo el año" expresa. "Si no fuera el lobo podría ir a otras jeras. Así vivo como un esclavo" afirma.

El ganadero porta el típico gancho utilizado por los ganadero que tienen que echar mano alguna oveja. "¿Cómo te das cuenta de que ataca el lobo, porque balan las ovejas?, le preguntan. "Porque se espantan" señala. Eduardo Herrero no cuenta con mastines. Sencillamente considera que "no sirven para nada" en esta zona. "El lobo es mucho lobo. Más de lo que parece" subraya. Está convencido de que los que le mortifican provienen del monte de La Albañeza. Sus animales pastan una superficie de 150 hectáreas, que mantiene vallada. Aunque el campo aparece reseco, las cuencas de las masas graníticas ofrecen agua, y también una charca.

Informa a los técnicos de que en estos momentos debe añadir alimento suplementario para que el ganado salve la situación. El cañón de gas llama la atención de los presentes. Todos tapan los oídos en el momento del zumbido para evitar males mayores. Las ovejas siguen a su ritmo y, conforme a lo que dice Herrero, al lobo no le inquieta esta música porque algunas ovejas fueron muertas a escasos metros del atronador aparato.

El director de Capital Natural de la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea, Humberto Delgado, que siguió con interés las explicaciones del ganadero, señaló que "el cambio de la Directiva europea no está sobre la mesa", e incidió en la aplicación "de medidas de implementación" para hacer posible la coexistencia entre la ganadería y el lobo.

Explica que la misión de la visita es "conocer sobre el terreno" la situación concreta sobre los ganaderos y el lobo. Apunta que "la sociedad busca una coexistencia y no, como antes, la erradicación", pero, precisa, "debe hacerse con respeto a los que viven sobre el terreno, como el ganadero, que necesitan que los costes no caigan solo sobre sus espaldas". "Debe haber un esfuerzo entre estados miembros de la Unión Europea y las regiones para encontrar soluciones y compatibilizar la ganadería y el lobo". En su criterio, "las alternativas pasan por vallados, mastines y sistemas que, según reconoce, "unos son eficaces y otros menos". Considera que "hay posibilidades excepcionales de abatir individuos complicados y problemáticos".

Afirma Delgado que en sus visitas "he captado que es un hecho difícil la compatibilidad. Es imposible al 100% pero tampoco me parece que no lo sea, ya sea con mastines entrenados, cercas eléctricas?". Insiste en el cambio de la Directiva Hábitats no está sobre la mesa, aunque repara en que "incluye mejoras de la implementación para afrontar el problema".

Para el ganadero "debiera haber una línea de ayudas para que el ganado desbroce el campo". Sobre esta labor de limpieza que realizan los animales domésticos, Humberto Delgado resalta "el servicio ecológico" que realizan las cabañas ganaderas "en un momento en que ya no tenemos los herbívoros salvajes del pasado".

Seguidamente los técnicos se desplazaron a la explotación de semiextensivo de Felipe García, en San Miguel de la Ribera, donde la Junta de Castilla y León financió el cierre. Iván García explicó su caso, poniendo de manifiesto que "este año no hay en la zona la presencia de lobos del pasado año". En su criterio, "el lobo saldría caro si a todos los ganaderos les tiene que pagar la Administración el cierre".

El luso Humberto Delgado, preguntado por la magnitud de los incendios en Portugal, indicó que "para mí es un problema ecológico. El ecosistema está enfermo en relación a la situación climática que tenemos. De una parte la composición forestal, pero también porque el servicio ecológico no se hace como antes. A lo que se añade el cambio climático, una situación de treinta grados, treinta grados menos de humedad y un viento de treinta kilómetros de velocidad que convierte al fuego en explosivo.

El técnico de Medio Ambiente, en Ávila, Nicolás González, destaca la expansión del lobo y su impacto en la ganadería de vacuno e Ávila . Señala que "la Consejería de Medio Ambiente "lucha por la coexistencia, por que haya medidas de prevención efectivas y porque haya un control del lobo".