La víspera del Día Mundial de las Mujeres Rurales, Charo García Barrigón sale a pastorear con sus 900 ovejas, como un día más, por los robledales y prados localizados entre Villarino de Sanabria y San Justo. Sale bien acompañada con sus 8 mastines, sus tres perros careas, el teléfono móvil -que casi ha sustituido a los libros- y su mochila al hombro. Esta vez, carga con buenas noticias, el premio "Extraordinario de Excelencia a la Innovación de Mujeres Rurales", concedido por el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA) a la agrupación de Ganaderas en Red.

Esta agrupación reúne a mujeres de todas las comunidades españolas, con un núcleo particularmente importante en la provincia de Zamora, unidas por la profesión y ahora por las redes sociales "que creo que nos han dado visibilidad". Las mujeres rurales en el mundo representan más de un tercio de la población y el 43% de la mano de obra en la agricultura y la ganadería.

Además de recordar el día de la mujer rural "hay que ver más las realidades del mundo rural" afirma Charo García. En particular el trabajo que desempeñan las ganaderías familiares extensivas en comarcas con escaso desarrollo o con escasas alternativas económicas como la región sanabresa. "Pero ¿de verdad que no se ve el trabajo y el beneficio al medio ambiente que hacemos los ganaderos, si somos nosotros los que mantenemos y cuidamos todo esto?" pregunta atónita esta mujer de mediana edad, madre de familia, y con una explotación a su cuidado.

Como ganadera "no pedimos subvenciones, solo pedimos que se nos agilicen las trabas burocráticas y los trámites con la administración con la PAC, los pastos, los saneamientos, el problema del lobo. No pedimos medidas económicas, pedimos medidas de otro tipo". Explotaciones como la suya "estamos en minoría y no tenemos ni voz ni voto frente a los "lobbies" de la carne, de los ecologistas y de la caza. Nosotros siempre salimos perdiendo".

El ganado no espera, se expande por los robledales a veces al paso y a veces al trote entre 8 y 10 kilómetros, que llega a 25 en época de bellotas, castañas y manzanas, manjares que hacen salir disparados a los animales. Este año pocas bellotas, pocas castañas y ninguna manzana. Es un mal año para la ganadería "es un año nefasto". A una orden de Charo García, "Lobi" la hembra carea más espabilada salta como una centella. Comen el poco verde del suelo y las hojas de las ramas más bajas de los robles.

La familia, el cuidado de la casa, la burocracia, todos esas funciones las tienen asumidas todas las mujeres que trabajan fuera del hogar, la única diferencia "es la cantidad de horas que hacemos aquí" más las que se cumplimentan en la nave, especialmente en invierno cuando el número de horas en el campo es menor. "Nos lo tomamos ya con un poco de tranquilidad, los domingos no salimos con el ganado, aunque tienes que darle de comer en la nave igual. Así por lo menos podemos salir a comer con amigos o salir a tomar unas cañas". La conciliación de la vida laboral y familiar para estas mujeres se resume en una frase "mis padres criaron a mi hijo".

Cuando dice horas se refiere al pastoreo tradicional en el que los pastores acompañan permanentemente al ganado para evitar el ataque de depredadores, fundamentalmente el lobo. En el mes de septiembre esta ganadera de Villarino tuvo una mala racha con los lobos, al encontrar los restos de varias ovejas comidas. Los propietarios de extensivo extreman la precaución, además de cambiar la zona de pastoreo donde estaba el lobo -tal vez una hembra con las crías de este año-, mantuvo el ganado estabulado varios días hasta que se alejó el peligro, aunque un lobo adulto y otro más joven, tal vez una hembra, merodean por la zona. En su caso no es normal que el lobo entre hasta el perímetro de la nave. Pero entró.

"Está mejor valorado el lobo que los ganaderos. El lobo tiene un 95% de empatía de la sociedad urbana y el ganado el otro 5%".

Ha sido un año nefasto, el robledal está amarillo, los prados han perdido el verde, no hay setas -una ayuda para la economía doméstica-. Las estaciones que pasan desapercibidas entre los bloques de hormigón están claramente marcadas "el pasado otoño no lo pasó mal el ganado porque en octubre llovió y hubo comida. Pero la sequía ya empezó en la primavera, luego vinieron las heladas que quemó las hojas nuevas del roble, las ovejas comen muchos brotes de los árboles, y ahora la sequía que no dado pastos. Hay compañeros que solo han recogido el 30% de la hierba que sacan en un año normal. Hay quien lo está pasando mal". El forraje, piensos y cereales han disparado el precio por la mala cosecha interior, y el alza de precios se está sorteando por importaciones de países que han tenido una buena cosecha "son costes a mayores de la pérdida de rentabilidad que tenemos".

Las integrantes de Ganaderas en Red están preparando su intervención en el acto de recogida del premio, otorgado por la MAPAMA, y es posible que se inste a la ministra, Isabel García Tejerina, a incluir actividades educativas y didáctica en los centros escolares sobre la vida en el medio rural. Las redes sociales y las tecnologías de la Información y la Comunicación han roto el aislamiento entre estas mujeres "echo de menos leer. Antes leía mucho, ahora miro más las redes sociales".