El descaste de hembras de ciervas y corzas, tan reclamado por las organizaciones agrarias, tiene todas las bendiciones legales y los cazadores podrán abatir ejemplares de ambas especies sin cupo alguno en el periodo de tiempo comprendido entre el 1 de enero y el 25 de febrero de 2018. Es una de las novedades que recoge la Orden de Caza de la presente temporada y que algunos gestores tienen más que estudiado.

Los cazadores podrán adoptar esta medida de control poblacional durante el desarrollo de las monterías y ganchos contemplados en el aprovechamiento de ciervo y de corzo donde no existirá cupo para hembras de ambas especies, con independencia de los cupos establecidos en el plan cinegético. Las hembras abatidas, según precisa la propia orden, quedan exceptuadas del precintado.

Es una concesión que los gestores cinegéticos consideran acertada para poner remedio al problema de daños en cultivos, frutales y otros aprovechamientos agrarios y ganaderos, así como un freno a la accidentalidad en las vías de comunicación. Sin embargo, también advierten que esta liberalidad puede servir para cometer agravios sobresalientes si se actúa de modo imprudente y sin atender a buenos criterios cinegéticos.

El presidente de la Asociación Zamorana para la Defensa de la Caza y de la Pesca (Azadecap), Antonio José, señala que, de este modo, "la Junta de Castilla y León abre la mano para facilitar el control de la población de fauna". Expresa que "la Administración tiene los números y sabrá si se cumplen o no los cupos de capturas y, en consecuencia, toma estas decisiones porque habrá visto el incremento de daños y de hembras".

En su criterio, "en líneas generales no tendría que haber abuso" en la muerte de hembras "y se sobreentiende que el cazador tiene sentido común". Apunta que "a los cotos consolidados con caza mayor les interesa que haya una buena población",.

El gestor cinegético e investigador José Ignacio Regueras repara sobre el contenido de la Orden de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente que la medida de descaste de hembras "puede ser razonable en sitios con muchos problemas de daños, donde se ven rebaños de hembras, o en trazados de carreteras con accidentalidad".

Dice desconocer si esta disposición pueda dar lugar a que algunos se pasen de largo y lleven a cabo carnicerías. Es una cuestión que deberán decidir los titulares o los arrendatarios de los cotos.

Regueras pone de relieve los muchos intereses que existen en los aprovechamientos cinegéticos, que lleva a analizar las situaciones para no generar un estado desfavorable. "Algunos afirman que si matamos ciervas nos quedamos sin berrea y, si hay pocas hembras, los venados se irán a donde puedan cañear".

José Ignacio Regueras aconseja "tener cuidado" a la hora de hacer uso de las armas en los descastes de ciervas. Reitera que "tienen sentido donde hay un disparate de hembras y donde está en juego la vida de las personas", pero considera que "no tiene sentido en zonas apartadas de carreteras y sin daños agrícolas".

El presidente de Hunters Duero, Alfredo García, promotor y organizador de monterías, afirma que "veo bien esta vía libre al descaste, máxime este año en que están tan mal la situación y ha habido demasiados daños a la agricultura". Expresa que luego, a la hora de la verdad, se matan dos o tres". Pone de manifiesto que en estos momentos "hay una densidad alta de ciervas", y subraya que la Junta de Castilla y León no lleva un control riguroso sobre las poblaciones que hay en los cotos".

Alfredo Hunters sostiene que "levantar la mano viene bien para frenar las densidades excesivas y amortiguar los daños".

Indica, no obstante, que "tengo cotos que, aunque esté autorizado, no voy a realizar descaste de hembras porque no es obligatorio y no interesa".

Las hembras no son el atractivo de los cazadores que buscan el trofeo en la cuerna de los machos. "El mercado son los machos" expresa Antonio José, de Azadecap.

En la captura de hembras "lo único que se aprovecha es la carne y hacer el descaste. La carne se comercializa pero tiene unos precios bajos. Hay años que está a un euro el kilo. Cuando empiece la temporada de caza Extremadura y Andalucía, con grandes dehesas, y donde se matan cuatro y cinco mil reses, llenan los mataderos y las salas de despiece" afirma Alfredo García.

El representante del sindicato agrario Coag, José Manuel Soto, pidió en la Junta Consultiva de Caza de la Sierra de la Culebra, celebrada el pasado miércoles, que se abatirán "doscientas hembras".

La cifra de hembras es algo sobre la que existen discrepancias, aunque todos estén de acuerdo en la reducción del número de reses. Especialmente en la Reserva Regional de Caza de la Sierra de la Culebra y entorno, donde los daños están a la orden del día porque, a falta de pasto en el espacio protegido zamorano, cientos de ciervas y corzas invaden los cultivos y huertos de las poblaciones provocando daños no solo en los cultivos, también en el arbolado. "Si la Junta echara a la fauna de comer forraje todo el año sabría lo que cuesta dar de comer a los animales" expresó José Manuel Soto.