"El pueblo se ha quedado huérfano". María Luisa Velasco Fernando, teniente de alcalde de Villardiegua de la Ribera, lamentaba entre lágrimas la muerte de Silvestre Antonio Fernando Fernando, el alcalde durante los últimos 34 años. Un infarto cardiaco el pasado mes de mayo, que se fue complicando, ha terminado con la vida de uno de los regidores más veteranos de la provincia. Desde luego un histórico en la comarca de Sayago.

"El último acto que presidió como alcalde fue la bendición de campos en mayo, portando el pendón mayor, como venía haciendo toda la vida" recordaba ayer un emocionado Miguel Bártulo, párroco de Villardiegua de la Ribera y también hijo de este pueblo. "Ha sido el alcalde, nuestro alcalde, y por encima de todo un buen hombre; dejaba lo suyo para atender a los demás".

Silvestre Antonio Fernando falleció ayer en un hospital de Valladolid, donde ingresó el 15 de mayo tras sufrir un infarto dos días antes y ya no volvió a salir de allí. Ni el trasplante de corazón ni los ingentes esfuerzos del equipo médico, ni la propia fortaleza del regidor sayagués fueron suficientes para salvar su vida. Desde el mes de agosto que entró en coma, los suyos y sus vecinos han estado en vilo hasta que ayer recibían la peor noticia.

A la edad de 59 años se ha marchado el veterano alcalde dejando esposa, Mª Luisa Pablo, dos hijos, Luis y Jaime y también una nonagenaria madre, Mª Isabel.

"Ha trabajado siempre por el pueblo hasta llegar aquí y también lo han hecho sufrir demasiado" expresaba su segunda de a bordo en el Ayuntamiento, en referencia al proceso judicial en el que se vio inmerso el año pasado y del que salió absuelto por sentencia judicial; "afortunadamente le dio tiempo a demostrar que era inocente de todas las cosas de las que se le acusaba. Fue un hombre honesto, con la verdad por delante y lo único que ha hecho en el pueblo ha sido luchar".

Silvestre Antonio Fernando tenía 25 años cuando se presentó a las elecciones locales del año 1983 por el CDS y desde esa fecha ha ido encadenando ininterrumpidamente mayorías absolutas desde las filas del Partido Popular. "Si la gente lo votaba era por algo. No ha hecho política, todo este tiempo solo le interesaba luchar por el pueblo" incide María Luisa Velasco.

Como presidente de la Federación de Municipios Afectados por Embalses y Centrales Hidroeléctricas, batalló por reclamar a las eléctricas los ingresos que correspondían a los ayuntamientos. También fue protagonista en la incorporación de Villardiegua de la Ribera al Parque Natural Arribes del Duero y vivió episodios dramáticos para el pueblo como el gran incendio forestal de 2013.

"Su tiempo libre era para ayudar a todo el mundo, lo mismo arreglaba tractores, coches, que cogía las máquinas o llamaba a todas las puertas para pedir cosas para Villardiegua. Gracias a él tenemos el agua, la luz, las calles asfaltadas..." evocaba la teniente de alcalde, desconocedora en este trance de quién asumirá las riendas municipales. No toca. Ayer el Ayuntamiento y el pueblo intentaban asumir la pérdida del alcalde, pero sobre todo de uno de los suyos.

Una trayectoria de 34 años al frente del Ayuntamiento hace que varias generaciones de vecinos no hayan conocido otro alcalde que Silvestre Antonio Fernando. "Su casa siempre estaba abierta, nunca tenía la llave puesta, allí entrábamos todos" evoca Miguel Bártulo, quien recuerda cómo "lo último que hizo con la desbrozadora fue limpiar el cementerio él mismo. Lo que es la vida".

Hoy Villardiegua de la Ribera despide a quien "por encima de todo era una grandísima persona, y si no lo han querido todos como alcalde, como persona sí le debería de haber querido todo el mundo" defiende el párroco.

Silvestre Antonio Fernando recibirá sepultura esta tarde tras la misa de funeral que se celebrará a las 17.00 horas, en la iglesia de la Natividad de Nuestra Señora de Villardiegua de la Ribera.