Miembros del colectivo de mujeres Ganaderas en Red reconocen que sus explotaciones no habían sufrido una sequía como ésta ni tan prolongada.

Desde el uso de cisternas a pozos de sondeo, e incluso el trasladado de reses a las zonas donde todavía hay agua, son algunas de las medidas que han tenido que adoptar por la falta de agua.

Tramos del río Negro, uno de los afluentes principales del Tera, bajan prácticamente sin agua y solo sobreviven pequeños empozamientos.

La secuencia de lluvias de primavera fue escasa "llovió un poco por mayo y con lo poco que llovió no se pudo recoger hierba. De prados donde se recogían más de 40 rollos de hierba otros años, este año solo han aportado 7 y, en muchas zonas, no se ha recogido nada de hierba", según exponen integrantes de Ganaderas en Red.