Los campaneros de la provincia de Zamora se convertían ayer en los protagonistas de las fiestas de Villarrín de Campos -después del patrón, el Santísimo Cristo de los Afligidos-, con un interminable y sonoro recital de repiques que resonó en toda la localidad desde lo más alto de la torre de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, para anunciar la misa del Día Grande.

La ocasión lo merecía, se cumplían 40 años desde que un grupo de hombres se propusiera aprender y divulgar el noble arte tradicional de tañer las campanas. Fue en las fiestas del Cristo de 1977 cuando al campanero de Villarrín, Joaquín Alonso, se le unieron otros dos vecinos de esta localidad, dos de Revellinos y otro de Barcial del Barco para emprender una labor de recopilación, preservación y difusión que hace pocos años cristalizaba en la constitución de la Asociación Cultural de Campaneros Zamoranos que hoy preside Antonio Ballesteros.

El colectivo cuenta hoy con 80 socios de diferentes edades en todas las comarcas de la provincia, así como en la propia capital, y se han convertido en un elemento imprescindible en las fiestas patronales de los pueblos, una exhibición de repiques antes de la misa en honor al patrón o a la Virgen. Un éxito que se empezó a cosechar hace 40 años.

Además, en 2015 la asociación puso en marcha la Escuela de Campaneros que en dos años ha inoculado el amor por las campanas a una veintena de jóvenes de diferentes localidades, y también a algún que otro adulto de vocación tardía. En los últimos tiempos la asociación está llevando esta tradición también a los centros educativos de la provincia, con exhibiciones como la que realizaron la pasada primavera en el Seminario Menor de Zamora, una labor que piensan continuar este curso con el campanario portátil que han conseguido gracias a la colaboración de una infinidad de instituciones y empresas de toda la provincia.

El colectivo tiene documentados los distintos tipos de toques que existen en Zamora y sus significados -a fiesta, rogativas, angelus, tente-nublo entre muchos otros- y tiene como proyecto a medio plazo recoger todo ese conocimiento en un libro que incluirá una guía de las campanas conservadas en los templos de la provincia, para lo cual cuenta con la colaboración de la Asociación Cultural Carpe Diem de Villarrín de Campos, presidida por Fernando Miñambres.

Villarrín disfrutó ayer, un año más, de los repiques de los campaneros zamoranos, pero más disfrutaron ellos. Antonio Ballesteros destaca que "es un placer tocar en el campanario de Villarrín", que está muy bien cuidado y conserva una excelente campana de 1800 y otra elaborada en 1959 por José Cabrillo. Los dos instrumentos anunciaron con alegría la misa en honor al Cristo que coofició el obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, y el párroco Santiago Martín Cañizares. Tanto el prelado como la alcaldesa del municipio, Concepción Gómez Gómez, saludaron a los campaneros y agradecieron su inestimable trabajo. Seguidamente, todos los feligreses disfrutaron de un suculento y animado vino español.

Las fiestas continuaron en Villarrín con juegos infantiles, y sevillanas al atardecer. Hoy se celebrará otra emotiva misa en honor a los difuntos, a las 13 horas, y por la noche todos los vecinos despedirán los festejos con una gran parrillada en el polideportivo. El sábado fue la jornada que logró atraer el mayor número de foráneos, con el encierro campero que salió adelante pese a la menor presencia de caballistas, con un espectacular castillo de fuegos artificiales y la verbena a cargo de la orquesta Kronos.