La oleada de robos continúa. Si a principios de semana los ladrones asaltaban las iglesias de Donadillo y posteriormente los templos de Justel, Muelas de los Caballeros y Vega del Castillo, la ermita de Dornillas se convertía en el nuevo blanco de los amigos de lo ajeno durante la madrugada del pasado jueves.

Después de los últimos robos perpetrados en la comarca de La Carballeda, la intuición de los agentes de la Guardia Civil les llevó a comprobar el estado de las parroquias cercanas dando cuenta así de la nueva fechoría. Siguiendo el "modus operandi" del resto de saqueos, los asaltantes forzaron las puertas de hierro y madera de la entrada, de alto valor dada su antigüedad.

Una vez en el interior, los ladrones también rompieron la cerradura de la puerta de la sacristía tirando a su paso los cálices y vinajeras por el suelo. Asimismo, los asaltantes saquearon varios arcones donde la centenaria cofradía de San Tirso atesoraba sus alhajas. "Ahí guardábamos los secretos de la cofradía", lamenta el mayordomo de la hermandad, sin ofrecer más detalles acerca del contenido de los baúles. Según recuerda este hermano, la ermita ya había sido objeto de delito anteriormente con el robo del dinero recaudado en el cepillo pero no del destrozo causado en esta ocasión. "Han machacado todo lo que había y han destrozado la puerta, que vale más que lo que han deshecho", apunta.

La veterana cofradía, integrada por más de 200 hermanos, vela por el mantenimiento del templo, el único de la Cofradía de Astorga que también alberga el cementerio municipal de la localidad, perteneciente al municipio de Manzanal de los Infantes.

Además de que el suceso se produjo de madrugada, el hecho de que la ermita se encuentre a medio kilómetro del casco urbano del pueblo impidió percibir a los vecinos alguna suerte de ruido que alertara a los lugareños del asalto que en esos momentos se estaba cometiendo. Ahora, los vecinos tratan de recuperar la normalidad arreglando los numerosos desperfectos causados.